14.6.19

Elisa y Marcela


Título: Elisa y Marcela.
Título original:
País: España.
Saga: 
Basada en: hechos reales.  
Productora/Distribuidora: Rodar y Rodar / Netflix España / Lanube Películas / Zenit / TV3.
Género: no ficción/drama/romance/adulto.
Dirección: .
Guion: Isabel Coixet/ Narciso de Gabriel.
Año de estreno: 2019.
Duración: 129 minutos.
Ver la película: Netflix.
En 1895, Galicia. Marcela (Greta Ferdández) y Elisa (Natalia de Molina) Se conocen en la escuela donde estudian. Lo que empieza siendo una amistad, acaba conviértiendose en amor. Los padres de Marcela se percatan de ello, y para separarlas, el padre, -porque la madre ni pincha, ni corta- decide mandarla a un internado. Tres años más tarde, cuando Marcela ha finalizado los estudios, regresa a Galicia, y se vuelven a encontrar. Para no levantar sospechas, Marcela se instala en una aldea cercana de donde vive Elisa, y cada día, al caer la noche va a verla. Aún así, empiezan a correr habladurías. Deciden poner en marcha un plan: hacen creer que Elisa se ha marchado a Cuba. Unos meses después, regresa habiendo adoptado la identidad de su primo fallecido Mario. Ponen al corriente al cura de que están juntos, y le piden que les case. El cura sin sospechar nada, accede y se casan.

Pronto serán descubiertas, denunciadas y perseguidas. Las jóvenes deberán huir para evitar la prisión.

Elisa y Marcela: Una historia de amor descafeinada. 
La Película lo tenía todo para triunfar. Primero, el argumento está basado en hechos reales. Elisa y Marcela, fueron las primeras mujeres españolas en casarse por la iglesia en 1901. Segundo, las historias de amor imposible, son un filón para el cine, o la cultura en general. Y tercero, el drama, nos tira mucho. Estos tres puntos, cinematográficamente, no se han sabido aprovechar.
Foto real: Marcela y Elisa, el día de su boda.

Empezando por las protagonistas. Cuando Marcela se marcha a estudiar fuera, constantemente se envían cartas, diciéndose lo mucho que se quieren, y lo mucho que se echan de menos. Una vez pueden estar juntas, ese amor no lo trasmiten, o por lo menos a mí no. Esa carencia, se intenta suplir con escenas de sexo edulcoradas y exageradamente largas.

Los momentos dramáticos, también están desaprovechados. Por ejemplo, cuando en el pueblo las descubren, las escenas de homofobia consisten en ver a cuatro extras mal puestos, tirándoles cosas y gritándoles. Esto no te da, ni para indignarte. Y así en muchos momentos, que ni te enfadas ni te emocionas, simplemente te da igual.

Otras de las cosas desaprovechadas, son algunos de los actores. Me refiero a los padres de Marcela, Francesc Orella y María Pujalte. Hay una escena en especial,  en que el padre le dice a su hija que los libros nunca traen nada bueno. Unos minutos después la madre va a la habitación de su hija, y le explica que ella lee a escondidas. Marcela no la cree, y la madre para demostrárselo, de debajo del vestido extrae un libro de Emilia Pardo Bazán. Como si la revolución le surgiera en las mismísimas entrañas, me pareció fabuloso, pero en la película pasa sin pena ni gloria.

La estética de la película, Esta rodada en blanco y negro, para que lo simple parezca más bonito de lo que realmente es. Lo he encontrado muy pobre. Creo que se debe a que (Roma) dejó el listón muy alto. Trasformar algo simple, en algo mágico solo lo puede hacer Alfonso Cuarón. Algunas escenas están exageradamente iluminadas.- no, nos engañemos, en Galicia no hay tanta luz, y menos aún, con las ventanas cerradas. Para preservar la intimidad de las protagonistas.-  Todo ello, lleva a que visualmente sea poco atractiva.

A esto, hay que sumarle, el poco esfuerzo añadido en recrear una Galicia creíble del siglo XIX. Es que ni siquiera el acento de la mayoría de los personajes. Al menos, los personajes secundarios hacen un esfuerzo por parecer gallegos, pero las protagonistas ni se molestan. Si no querían o no podían contratar actores gallegos, podrían haber cambiado la localidad de la historia, y que en lugar de Galicia, hubiese transcurrido en Salamanca, por ejemplo. Quizá, hubiese quedado más creíble.

En definitiva, como he dicho al principio, cinematográficamente es un filón de historia, que bajo mi punto de vista -porque esto es solo mi opinión personal- Isabel Coixet no ha sabido, o no ha querido sacarle todo el provecho que debiera. Al final se queda en un café descafeinado.



                   

Nos leemos! 😉


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