Título: El jardín secreto.
Traducción: María Olivia Decombe.
Saga:
Género: Narrativa/ficción/preadolescente/naturaleza/amistad/drama.
Tapa: dura.
Editorial: Hechadelluvia.
Año de publicación: 1911. Edición: 2013.
Páginas: 132.
Autoconclusivo:
Sinopsis editorial: Mary Lennox, una niña solitaria que a nadie le cae bien, llega desde la India para vivir con su tío en Yorkshire, Inglaterra. En su nuevo destino, Mary no puede hacer mucho más aparte de explorar esa mansión inmensa y sombría, y de pasear por los alrededores. Hasta que una mañana soleada accede a un jardín secreto, oculto tras unos muros cubiertos de hiedra. Por primera vez en su corta y desdichada vida, ha encontrado algo que le preocupa y decide devolver a ese jardín la gloria de antaño.
Mary de diez años proviene de familia adinerada pero nunca ha recibido cariño. Sus padres se desentendieron de ella y la dejaron a cargo de los sirvientes, que para no discutir le consienten todos los caprichos. Se acaba convirtiendo en una malcriada, enfermiza, para nada afectuosa; Trata a todo el mundo con desdén. Todo cambia cuando una epidemia de cólera mata a los padres y parte de los sirvientes. Sola en el mundo es enviada a vivir a Inglaterra -hasta ahora vivía en la India,- con su tío Craven al que no conoce. Este hombre se pasa la vida viajando, así que al igual que en la India queda a cargo de una criada, Martha.
La reseña de hoy va dedicada a El Jardín secreto. A Frances Hodgson la conozco por La princesita, que leí con 12 años y guardo muy buen recuerdo, así que decidí leer este también, a continuación os cuento mis impresiones.
Sin duda lo que más me ha gustado es la evolución de la protagonista. Empieza siendo una niña insoportable, malcriada, borde y fea. Cuando conoce a Martha pero sobre todo a Dickon, y Entre los dos se vuelcan en conseguir que el jardín florezca, cambia por completo, tanto como persona, como físicamente. La autora intenta dar a entender lo que nos han repetido hasta la saciedad: para estar bien por fuera primero hay que estarlo por dentro, con uno mismo, es decir tienes que cuidar tu jardín interior.
El personaje que más me ha gustado es Dickon con él, el lector aprende a darse cuenta de lo importante que es la naturaleza y los animales, tanto para el planeta como para el ser humano. En parte me ha recordado a Newt Scamander, adora a los animales y los animales le adoran a él.
Al principio de la obra Mary y Dickon son los que llevan el peso del argumento, hacia la mitad el protagonista pasa a ser Colin, el primo de Mary, del que no voy a explicar nada, para no destripar la trama. Hay cuestiones de este personaje que no me gusta cómo se muestran, pero entiendo que era la visión de aquella época.
«Si permitimos que un pensamiento triste o malo se introduzca en nuestra mente es tan arriesgado como dejar que un virus se apodere de nuestro cuerpo».
La estructura literaria se divide en 27 capítulos de extensión corta, narrado en tercera persona, por un narrador omnisciente. Creo que a este tipo de historia le favorece más un narrador en primera persona, y hubiese estado bien leerla desde el punto de Mary, que para eso es la protagonista.
La narración va acompañada de unas estupendas ilustraciones, que la edición que he leído corre a cargo de Graham Rust.
Aprovecho para decir que el 2 de julio saldrá una nueva edición de esta obra, os dejo el enlace (aquí) por si queréis saber más.
En definitiva, que es una bonita novela que realza el valor de la naturaleza y la amistad.
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