Título original: Into the Water.
Traducción: Aleix Montoro Llagostera.
Saga:
Género: narrativa/adulto/thriller policíaco/misterio/suspense/machismo/familiar/romance/drama.
Tapa: dura con sobrecubierta.
Editorial: Planeta.
Año de publicación: 2017.
Páginas: 560.
Autoconclusivo:
Sinopsis editorial: Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado…
Nel Abbott sentía fascinación por La poza de las ahogadas, donde muchas mujeres han sido halladas muertas. Esto le llevó a iniciar una investigación sobre la verdadera historia de ellas y de cómo acabaron suicidándose. Hasta que hayan su cuerpo sin vida en la poza. Jules, su hermana, recibe la noticia y acude para cuidar de su sobrina adolescente y conocer cómo va la investigación. Jules no quería volver a Beckford, no quería rememorar un pasado que se ha esforzado tanto en olvidar, pero pasear por las calles del lugar donde pasaba los veranos siendo niña, le hará enfrentarse a sus demonios más ocultos. La poza no solo ha sido escenario de incontables suicidios, también se probaba si una mujer acusada de brujería lo era o no. Por la pasión que Nel sentía por su investigación tanto su hermana como su hija están convencidas que sería incapaz de acabar con su vida. La policía empezará una investigación para esclarecer si fue un suicidio u homicidio y las razones que llevaron a la muerte de Nel.
Lo que más me ha gustado es la ambientación mágica y misteriosa que envuelve la novela y se convierte en un escalofriante escenario. Siempre se ha sabido que los lagos y presas son los lugares donde se han deshecho de las pruebas de un delito, en esta historia el agua es el propio miedo. La autora trata el río y la poza como si fuesen un personaje más. Incluyendo también a los videntes y la brujería.
Otro punto a favor, es el amplio abanico de personajes que presenta, entre principales y secundarios he contado 37. De los que destaco los principales; Jules ha tenido que volver al pueblo donde paso su infancia por la muerte de su hermana. Tiene que acudir a pesar de la nula relación que mantenían desde hace años para cuidar de su sobrina, debe de hacer de madre mientras que también intenta entender a su hermana, para esclarecer porque murió en la poza a la que tanto amor profesaba. Ha sido un personaje muy interesante de conocer. Esconde un pasado tortuoso que le costó enterrar en su mente y volver al pueblo hace que todo lo que vivió vuelva a la superficie. Buscará la verdad sobre la muerte de su hermana y se encontrará con casos parecidos que quizás estén relacionados. Es un personaje muy inseguro, con la autoestima destrozada que poco a poco sorprenderá al lector.
Lena la hija de Nel, se siente abandonada por la muerte de su madre. Ahora de repente debe de convivir con su tía a la que no conoce, ha pasado por cosas muy dolorosas para su edad. Es complicado hablar de ella por todo lo que le pasa y por no hacer epoilers. Es un personaje fuerte, valiente, que no teme a nada, muy leal y algo rebelde que no parará hasta conocer lo que le pasó realmente a su madre.
«Beckford no
es un lugar propicio para suicidarse. Beckford es un lugar en el que librarse de
mujeres conflictivas».
La trama es entretenida, no solo entra la investigación de la muerte de Nel, a ella se unen antiguos casos que ya se habían cerrado. Por lo tanto no es una investigación con un solo caso, en ella se integran algunos casos que la complican mucho más. A ello hay que añadir la investigación que estaba llevando la propia Nel sobre las mujeres ahogadas en la poza, que quería publicar en un libro. También la cantidad de mentiras y secretos que ocultan los personajes.
La estructura narrativa es lo que no me ha gustado de la novela. Se divide en cuatro partes con capítulos de extensión corta sin enumerar, narrados en primera y tercera persona. En el encabezamiento de cada capítulo aparece el nombre del personaje que va narrar o del que se va hablar. Al haber tantos, el ritmo de la narración al principio es algo lento, pero una vez te sitúas es fluido. La autora utiliza una pluma sencilla, ágil pero muy parecida, es decir, no se distingue que personaje es el que habla, y en más de una ocasión he tenido que volver atrás para recordarlo. Algo que también lo hace lioso, es que presenta varias líneas temporales; la primera, la actual, en el año 2015, la segunda a principios de los años 80 y la tercera en los años 90. A esto hay que añadir la investigación de Nel, que a su vez transcurre en varios años. Y por si fuera poco, los continuos cambios de narradores de primera a tercera persona.
«Si hay dos personas haciendo algo mal y una de ellas es una chica, ha de
ser culpa de esta, ¿no? —ha dicho Lena en un frío tono de voz.»
Los giros argumentales me han gustado bastante. La autora te va dando pistas para confundirte, sospechas de los 37 personajes, lo cual es de agradecer. El final me gustó a secas. Lo adiviné unas páginas antes de que se supiera. Es el indicado para la historia pero no sorprende, me hubiera gustado que se profundizara más en algunas cuestiones.
En definitiva, Escrito en el agua es un thriller coral. De la mano de una ambientación que toma protagonismo, el lector se introduce en una investigación donde no todo lo que se descubre es lo que parece.
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| 6/10. |
¡Nos leemos! 😉
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