Título original: Dream lake.

Traducción: Paula Vicens.

Saga: Friday Harbor 3/4.

Género: narrativa/adulto/ficción/familiar/paranormal/misterio/romance/erótica/drama.

Tapa: blanda.

Editorial: Ediciones B.

Año de publicación: 2012. Edición: 2018.

Páginas: 352.

Autoconclusivo:

Sinopsis editorial: Aunque es una mujer atractiva y romántica, Zoë Hoffman ha sufrido tanto en el pasado que ya no quiere entregar su corazón a nadie.

Y mucho menos a Alex, el más atormentado de los hermanos Nolan, que bebe para mantener a raya a los demonios que lo acechan y no es que haya renunciado al amor, sino que directamente no cree en el.

Zoë y Alex son como el agua y el aceite, como el hielo y el fuego, como el sol y la sombra.

Pero a veces basta un tenue rayo deluz para ahuyentar la oscuridad.

Álex es un hombre duro, resentido con un mundo interior complicado; por eso no comprende cómo es posible que tan sólo él sea capaz de ver y oír un fantasma que le acompaña allá donde va. Es muy posible que si decide contarlo los demás piensen en la bebida como posible causa de sus visiones. Para él está claro que no es eso. Este ser tiene que ver con él de eso está convencido, pero también tiene algo que ver con la casa de su hermano Sam que está ayudando a restaurar, antiguamente y hasta que Álex entró en su vida él residía allí.

Esta relación que comienza como algo impuesto le va a demostrar que la vida no es una sucesión de momentos grises y de relaciones abocadas al fracaso, sino que puede ser un paseo lleno de color en compañía de personas muy agradables y queridas.

Zoë por su parte es una mujer encantadora, sin dobleces que ha tenido un matrimonio fallido por ello se ha volcado de lleno en su trabajo de cocinera junto a su prima Justine. La diferencia con Álex es que ella no está amargada por la experiencia, únicamente se siente desmotivada. Debido a la enfermedad degenerativa de su abuela paterna tendrá que contar con las habilidades de Álex para que rehabilite la casa en la que van a vivir ambas cuando le den el alta a Upse.

Ni la renuncia de Álex a una relación, ni el desencanto de Zoë serán suficientes para evitar las emociones que sienten cada vez que están juntos. ¿Serán capaces de evitar caer de nuevo en las redes del amor?

El lago de los sueños es la tercera entrega de la saga Friday Harbor de Lisa Kleypas. Se centra en el tercer hermano de la familia Nolan. Los tres hermanos; Mark, Sam y Álex tienen problemas para relacionarse y mostrar sus sentimientos, pero sin duda, quien más lo padece es Álex. Los padres eran alcohólicos y él por ser el pequeño fue quien más tiempo pasó junto a sus progenitores. Esto hizo que la adicción que padecían los padres la heredase él. A ello hay que añadirle que se acaba de separar y su mujer lo ha dejado sin nada. Todo cambia cuando conoce a Zoë. Paralelamente hay una subtrama con un espíritu que habita en la casa de Sam. No sabe quién es, que hace ahí y por qué. Presiente que Álex es el único que le puede ayudar a desentrañar lo que sucede.

Los personajes poseen una gran complejidad psicológica, pero a la vez son entrañables, adorables y fuertes. El romance de los protagonistas transcurre durante la segunda entrega El camino al sol, cuando Álex se encuentra rehabilitando la casa del hermano. Con lo cual la autora traslada al lector a momentos de la anterior entrega, esto se me ha hecho algo pesado.

«Me parece que la gente no siempre sabe cuando le está ocurriendo algo afortunado, que solo se da cuenta después.»

La estructura narrativa se divide en 24 capítulos más el epilogo. De extensión corta. Debo añadir que las primeras 100 páginas se me han hecho muy cuesta arriba, es un resumen de las dos anteriores entregas. Simplemente para llenar páginas, puesto que los libros son independientes, y la historia central es realmente corta. La narración es en tercera persona, de forma amena y sencilla, por contra se ha perdido profundidad en los sentimientos. Muchos fantasmas, poco amor; esta inclusión ya estaba en los anteriores libros pero de una forma más discreta y llevadera.

Es una novela que hay que leer con el estomago lleno de lo contrario, empiezas a salivar con los deliciosos platos y repostería que prepara Zoë.

En definitiva, El lago de los sueños no da lo mejor de sí, pero ofrece una trama entretenida en la que la autora mantiene su estilo, cuida como siempre, la narración y envuelve al lector en la historia.