Un lugar donde escribir: todo lo que nunca fuimos

Título original:

Traducción:

Saga: Deja que ocurra.

Género: narrativa/adulto/ficción/superación/familiar/amistad/romance/erótica/drama

Tapa: blanda con solapas.

Editorial:Planeta.

Año de publicación: 2019.

Páginas: 352.

Autoconclusivo: no 1/2

Sinopsis editorial: Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.

Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.

Leah de 19 años está pasando una época apática, hace un año sus padres murieron en un accidente de tráfico, accidente en el que estaba presente. Desde entonces vive al cuidado de su hermano Oliver diez años mayor que ella. Este trabaja no solo para mantenerse a ambos, también para pagarle la universidad a su hermana el año próximo y que pueda cumplir su sueño: estudiar bellas artes. Actualmente Leah ha perdido la ilusión y el interés por todo, hasta por la pintura. A Oliver le ofrecen un trabajo muy bien pagado en Sindey, lo acepta sin dudarlo. Antes de marcharse deja a su hermana al cuidado de Axel su mejor amigo, los padres de Axel y Oliver eran muy buenos amigos y por ello accede. Axel no solo la cuida, la protege y se preocupa por ella, también intenta hacerla reaccionar y que vuelva a ser la de antes. Por su parte Leah oculta algo, lleva enamorada de Axel en secreto -o eso cree ella- desde la preadolecencia. El convivir juntos hace que Axel la empiece a ver de forma distinta.

Todo lo que nunca fuimos es la primera novela de Alice Kellen que leo y me ha gustado a medias ¿cuándo encontraré una novela romántica que me convenza del todo? No pierdo la esperanza...

En este caso nos encontramos con Leah de 19 años que lleva desde la adolescencia enamorada del mejor amigo del hermano, y tienen que convivir juntos cuando este se va a trabajar fuera. A esto se le añade que la chica arrastra una depresión desde hace un año de la que nadie la ha podido sacar. Por otro lado, Axel de 30 años es un solitario que vive en su casa de la playa, lleva una vida muy tranquila trabajando de ilustrador, con unas rutinas muy marcadas. Todo esto cambia de la noche a la mañana con la llegada de Leah, a la que conoce desde que nació. No soporta verla todo el día encerrada en la habitación sin hacer nada y decide ponerle remedio informándose a través de San Google, obligándole hacer actividades que le dan miedo realizar o que no quiere hacer. Poco a poco la chica volverá a ser la de antes, A la vez que Axel descubrirá sentimientos desconocidos para él.

«Puedes equivocarte y cometer mil errores, los humanos somos así, metemos la pata, pero para eso existe también el arrepentimiento, saber decir «lo siento» cuando uno debe hacerlo. Pero, cielo, escúchame, ¿sabes qué es lo más triste de no hacer algo por cobardía? Que, con el paso del tiempo, cuando pienses en ello solo podrás pedirte perdón a ti misma por no haberte atrevido a ser valiente. Y reconciliarse con uno mismo a veces es más complicado que hacerlo con los demás.»

Ambos protagonistas son un encanto, quizá con quien más cuesta conectar en un principio es Leah, por la situación que está viviendo, pero en general se les coge cariño. En algunos momentos se comportan de forma madura, mientras que en otras ocasiones son incapaces de afrontar los problemas, y actúan como críos, supongo que cosas de la edad. Otras de las cosas que me han gustado es la ambientación; Australia, muy veraniega; playas, surf y discotecas... La música tiene un peso muy importante en la historia, Los Beatles, es de vital importancia para Leah y Axel. Los personajes secundarios ayudan a complementar la historia, Los padres y el hermano de Axel son muy divertidos. Otro elemento a destacar es que muestra las diferentes maneras de duelo, y aceptar la muerte. Lo que no me ha gustado es el romance de los protagonistas, es demasiado cliché, que por otro lado se podría haber solucionado de forma más afable, si hubieran puesto al corriente al hermano de la relación en lugar de ocultarla. Pero claro, entonces se pierde el salseo. Decir que el libro es una biología y tiene segunda parte.

«Era tan curioso e ilógico que durante años nos enseñasen matemáticas, literatura o biología, pero no cómo gestionar algo tan inevitable como la muerte...»

La estructura narrativa se divide en 109 capítulos de extension corta o cortísima (hay capítulos que son pequeñas reflexiones de ambos) narrados en primera persona por Axel y Leah, siendo los de más extensión los de Axel, ya que es a quien se le presenta el mayor problema de ayudarla y de qué hacer con sus respectivos sentimientos. Se alterna el presente con el pasado de ambos, que ayuda al lector a entenderles mejor, y nos ofrece el punto de vista de los dos. La pluma de la autora es sencilla, amena y delicada, aunque hacia la mitad del libro, la trama se hace algo repetitiva.

En definitiva, Todo lo que nunca fuimos es una historia sencilla, amena y fresca donde los sentimientos están a flor de piel.