Título: Caperucita en Manhattan.
Título original:
Traducción:
Saga:
Género: narrativa con ilustraciones/juvenil-adulto/ciencia ficción/aventuras/romance.
Tapa: blanda.
Editorial: Siruela.
Año de publicación: 1990. Edición: 2003.
Páginas: 227.
Autoconclusivo: Si./final abierto.
Precio: 11, 90€ (en papel) 5,99€ (ebook)
Enlace de compra: (Siruela)
«Lo que ha pasado no está escrito en ninguna parte y al fin se olvida. En cambio, lo que está escrito es como si hubiera pasado siempre.»
Sara Allen de diez años, vive en Booklyn. Sueña despierta con pasear sola, por las calles, parques y jardines de Manhattan. Algo imposible, dado que su madre tiene miedo de todo y de todos. La madre es enfermera, en sus ratos libres le gusta hacer tartas, hay una en especial que le sale muy bien: la de fresa. Cada sábado Sara y la madre van al barrio de Morningside, para ver a la abuela. En sus tiempos de juventud, fue cantante de music-hall. La van a ver, para hacerle las tareas de la casa, que ella no realiza por vaguedad, y de paso le llevan una tarta de fresa, que tiene más que aborrecida. Un sábado, la madre se ausenta por motivos personales, y Sara sin decir nada a nadie, se pone su impermeable rojo, coge la tarta que su madre ha dejado preparada, el mapa de Manhattan que ella misma ha trazado y se va a casa de la abuela. Por el camino se entretiene y conoce a personajes tan estranbóticos como, Miss Lunatic o Mister Wolf. Un pastelero millonario, que todas las tartas le salen perfectas, excepto la de fresa. Cuando pruebe la de Sara, intentará por todos los medios que le dé la receta. Cosa que la madre nunca ha querido dar a conocer.
Este libro, lo leí por primera vez hace ya, algunos años. Por recomendación de mi tutora de secundaria. Como era de las que les gustaba leer, me hacían leer libros distintos a los de mis compañeros.
De entrada, parece una adaptación del clásico cuento de Caperucita, pero no lo es, exactamente. Es una mezcla entre Caperucita y Alicia en el país de las Maravillas. De hecho, Sara la menciona constantemente, le encanta el libro, y tiene cierto parecido con ella.
La historia en sí, no me ha acabado de convencer, comienza muy bien, pero poco a poco, se va enredando, y diluyendo. Además, con un final abierto, en qué no se sabe que pasa con la trama principal. Da la sensación que la autora no sabía cómo cerrar la historia, y la acabó en ese punto, porque si.
El punto fuerte del libro son los personajes, muy bien construidos y con una personalidad muy fuerte. Empezando por Sara, seguido de la adorable Miss Lunatic y acabando por Mister Wolf. Precisamente Miss Lunatic, es el personaje que más me ha gustado, porque es varias cosas a la vez. A simple vista, parece una bendiga, luego da la sensación que es un hada, para al final darte cuenta que en realidad es la libertad, que tanto ansia Sara. La estatua de la Libertad y su historia, tienen un peso muy importante en la novela.
Mister Wolf -el lobo- es un millonario magnate de las tartas, que posee dinero para tener lo que quiera, pero que no tiene con quien compartirlo, de tanto obsesionarse con ganar dinero, ha obviado otras cosas en la vida. Como en cualquier otro cuento, nos recuerda que el dinero no es lo más importante. Al contrario que en el cuento original, el lobo, no quiere hacer ningún daño a Sara, simplemente, conseguir la receta de la tarta. Puede que Mister Wolf, tenga más sentimientos, de lo que parece en un principio. Al final, todos los personajes, se conocen y conectan entre sí.
Lo que verdaderamente me ha gustado de este libro, es la forma de narrarlo. De la mano de un narrador omnisciente conocemos todos los rincones de Manhattan, y parece que estés allí con Sara. Todo explicado al mínimo detalle, pero de una manera fluida y sencilla, con un punto filosófico, que hace plantarte y reflexionar sobre muchas cuestiones. El libro contiene 13 capítulos de extensión corta-media, divididos en dos partes. La primera se presenta a la protagonista y su entorno, mientras que la segunda, aunque también hay presentación de personajes, es donde se desarrolla la acción. A mí, me ha gustado mucho más la primera que la segunda, como ya he dicho antes, la historia no me ha acabado de convencer. Al final de cada capítulo, hay una ilustración en blanco y negro, que muestra lo narrado en dicho capítulo, realizadas por la propia autora.
En definitiva, que este libro pretende mostrar el paso de la infancia hacia la madurez, mezclando dos cuentos, que a mí, personalmente nunca me han gustado, como son Caperucita y Alicia. Pero, sólo por la forma en la que está narrado merece ser leído.
7/10 |
¡ Nos leemos! 😉
Lecturas de otoño. |
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