Título: El cuadro.
Título original: The princking of my thumbs.
Traducción: Ramón Margalef.
Saga: Tuppence y Tommy #4.
Género: narrativa/adulto/ciencia ficción/misterio/espionaje/romance.
Tapa: blanda.
Editorial: Ediciones Molino.
Año de publicación: 1968. Edición: 1981.
Páginas: 253.
Autoconclusivo: Si.
Precio: desde 4€ (en papel) no disponible (ebook)
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Tuppence, acompaña a su marido Tommy, a ver a su tía Ada, en la residencia donde se encuentra ingresada. Mientras Tuppence espera fuera debido a que ella y la tía no tienen buena relación, conoce a la señora Lancaster, una interna, que posee mucha imaginación, y le cuenta la historia de una niña a la que mataron y emparedaron detrás de una chimenea. Esto, a lo que nadie le da importancia, - ni siquiera su marido- Tuppence le empieza a dar vueltas, y cree que puede ser real. Unos días después la tía fallece. El matrimonio va a la residencia, y entre las pertenencias, encuentran un cuadro de una casa rural sobre un puente. A Tuppence le llama poderosamente la atención, ya que la casa le resulta familiar. El cuadro perteneció a la señora Lancaster y se lo regaló a la tía. Tuppence quiere devolvérselo, pero la anciana ya no se encuentra en la residencia. Al no dar con ella, está convencida de que puede haberle pasado algo, y empieza a investigar. Sus indagaciones la llevan a Sutton Chancellor, un pequeño pueblo, donde nada, ni nadie es lo que parece.
Nuevamente, tenemos como protagonistas al matrimonio de sabuesos, Tuppence y Tommy. Es la cuarta entrega de la saga, y trascurre después de El misterio de Sans-Souci. Todas las historias de Agatha Christie son autoconclusivas, y no tienen relación entre sí. Aunque en esta se mencionan algunos hechos trascurridos en la entrega anterior, no afecta a la trama central.
Poca cosa puedo contar del argumento, sin destripar la trama. Sólo decir que me ha gustado mucho más que la anterior, ya que aquí, la autora nos va dando pequeñas pistas, al estilo Holmes y Watson para averiguar qué ha sucedido con la señora Lancaster y porque. Una vez más el atractivo recae en los personajes, muy bien construidos, empezando por los protagonistas. Tuppence es una mezcla entre Laura Lebrel, que se fija en cosas a las que sólo ella da importancia, y Erika Falk de Camilla Lägkberg, que no sabe estarse quieta y siempre se mete en líos. También hay que destacar a los secundarios, como he mencionado antes en el pueblo todos parecen sospechosos, esconden sus secretos - hasta el párroco- y no es broma. Alucino con la facilidad de Agatha para introducir personajes en doscientas y poco páginas, y que no se haga pesado.
El matrimonio son espías que investigan, ya sea porque los contratan o por motivos personales, como es en este caso. Así que no es extraño encontrarse con escondites secretos: casas que no son casas, puertas que no son puertas etc...
La estructura, es muy sencilla y fluida, dividida en cuatro partes. Me ha gustado como ha equilibrado la balanza para que Tommy y Tuppence tengan un protagonismo justo y equilibrado. Introduciendo en algún momento tramas de humor, y algo de romance.
Respecto al final, no me lo esperaba para nada, me ha sorprendido gratamente, no voy a decir nada mas.😜
En definitiva, Que es una novela muy sorprendente y entretenida, con una dedicatoria especial de Agatha a sus lectores.
8/10 |
Nos leemos! 😉
Lecturas de otoño. |
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