30.8.19

La maleta de Ignacio "Karaoke" - Daniel Sánchez Arévalo

Autor/a: Daniel Sánchez Arévalo
Título: La maleta de Ignacio "Karaoke"
Título original:
Traducción:
Saga:
Género: narrativa/juvenil/ficción/viajes/amistad/romance
/comedia.
Tapa: blanda.
Editorial: El Barco de Vapor.
Año de publicación: 1998.
Páginas: 151. 
Autoconclusivo: Si.
Precio:  6€ (en papel)  (ebook, no disponible)
Enlace de compra: La casa del libro.


«Normalmente un viaje implica una maleta. En este caso una maleta implicó un viaje. La maleta de Ignacio Alacoque.«

Raúl, su hermano pequeño de siete años Tomás, (Cani) Silvia, Pablo, Ricardo (Rico) y Jaime (Tele). Forman una pandilla, que se pasan las calurosas tardes del verano madrileño jugando al baloncesto. Todos tienen problemas que esconden: Silvia la eminente boda de su madre, Ricardo la separación de sus padres y su tendencia a la hipocondría, Jaime su adicción a la televisión y la amenaza de un internado por su fracaso escolar, Pablo la despreocupación de sus padres por él, y Raúl, la aceptación de la muerte de sus padres, y la excesiva responsabilidad como hermano mayor.Una calurosa tarde de verano, están jugando un partido de baloncesto, La pelota se cuela por unos matorrales. Como nadie quiere ir a por ella, es Raúl quien asume la responsabilidad. El balón queda en segundo plano, al encontrar una maleta medio enterrada, con doble cierre de seguridad, candado y una tarjeta identificativa: Ignacio Alacoque, Torrenuño del Robledo (Guadalajara).

Normalmente, quien pone los motes suele ser Raúl, pero esta vez sin que sirva de precedente, es Cani, quien cambia Alacoque por Karaoke. Raúl se empeña en ir a Guadalajara para devolverle la maleta a su dueño. Al principio les parece una locura, aún así, sus amigos deciden acompañarle. Todos necesitan alejarse de sus preocupaciones, aunque sea por un día.


Este libro lo tengo desde los 13 y le tengo muchísimo, pero que muchísimo cariño. De tanto en tanto, me lo releo. La trama, no es nada del otro mundo, pero está narrada con mucha gracia. La pandilla tiene entre 12 y 14 años. Raúl, el narrador de la historia, utiliza expresiones populares y hace mucha gracia. Parecido a lo que hacía Elvira Lindo con Manolito Gafotas.

En él se intenta reflejar -con humor y un pelín exagerado-  que en ocasiones los adultos se despreocupan de los niños, ya sea por falta de tiempo o desinterés. En cambio en otras, se les sobreprotege demasiado, como es el caso de Rico, con el divorcio o el asma. También se toca un tema interesante, las adicciones. En aquella época no había internet, bueno, sí que lo había, pero no estaba al acceso de todos como ahora. Jaime, (tele) que ha suspendido 9 asignaturas, por pasarse el día viendo la tele en lugar de estudiar. A Sus padres no se les ocurre otra cosa que mandarle a un internado, si no aprueba los exámenes de recuperación. -Cuando sus padres, son adictos también.-

En el caso de Pablo, sus padres son productores de cine, y no conocen en absoluto a su hijo. Él hace como que le da igual, pero no es así. Silvia no conoció a su padre, y siempre ha vivido con su madre, ellas dos solas. Ahora, se va a casar con otro, cosa que no lleva nada bien, en parte, porque tras la boda se irán a vivir a Barcelona. He decir que ella es el personaje más maduro de todos.

»No sé si los perros lloran, nunca me informado sobre ese asunto. Sólo sé que vi como una lágrima se deslizaba por su hocico. Luego cerró los ojos y se durmió para siempre.« 

Por último está Raúl y su hermano Cani. Del pequeño destacar que es muy gracioso, y un poco cabroncete. Pero se le perdona porque es... Un Cani. Y por último Raúl, no ha superado la muerte de sus padres, y desde entonces se siente responsable de todo y de todos. Enamorado de Silvia hasta las trancas pero, como el mismo aclara, pasando de decírselo.

La estructura narrativa, es clara, directa y visual. Con más dialogo que descripciones. Letra grande muy fácil de leer, a la par que capítulos cortísimos. 

Las tramas quedan abiertas, a la imaginación del lector. Como suele ocurrir en este tipo de historias, lo importante no es el objetivo, es el viaje. Les ayuda a reconocer sus traumas e inseguridades. Y lo más importante a darse cuenta que pueden confiar los unos en los otros.

En definitiva, ha pasado mucho tiempo desde que me lo regalaron, pero sigo encantada con el libro. Su historia, sus personajes y sobre todo la forma de contarla.
8/10



Nos leemos! 😉

Ilustración Marly Gallardo.


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