Estos días... mejor dicho mes, porque lo empece a principios de junio y lo acabe ayer, he estado leyendo La isla inaudita de Eduardo Mendoza, y no es que sea aburrido, todo lo contrario, pero últimamente me cuesta mucho concentrarme, debe ser el calor...
Argumento
Fábregas, un empresario, que se encarga de llevar la empresa familiar, junto a su socio Rivirola, (abogado) separado y con un hijo. Un buen día, harto de todo, le comunica a su socio que se marcha de viaje. En un principio se marcha a París, pero Rivirola lo localiza y le hace llegar un telegrama pidiendo que vuelva, y asuma sus responsabilidades. Este por miedo a que se presente allí, se va a Venecia.
A los pocos días de llegar se encuentra con un empresario de Barcelona, que va acompañado por una mujer, en un principio Fábregas creerá que es una prostituta. En Barcelona, con este empresario no ha hablado más de lo estrictamente necesario, pero al estar fuera de su hábitat natural y no conocer a nadie, se empeña en invitarle a comer, cosa que el no acepta. Días después se vuelve a cruzar con la mujer de nombre Maria Clara. Al decirle que no conoce Venecia, la mujer le hará de guía, le enseñara los rincones más insospechados y le contara leyendas, e historias sobre la ciudad. Fábregas aunque le cueste reconocerlo, se enamora de Maria Clara, y ella también. A lo largo de la novela la mujer aparecerá y desaparecerá, Fábregas en varias ocasiones hará y deshará el equipaje con intención de volver a Barcelona. Lo que empezó siendo un viaje de unos días para desconectar, acabara siendo un viaje por Venecia de forma indefinida.
Opinión
Una de las cosas que me hizo gracia es que Fábregas se marcha para desconectar, pero hasta que no aparece el personaje de Maria Clara, como no sabe ni que hacer ni donde ir, la mayor parte del tiempo lo pasa encerrado en el hotel. Y las partes en las que ella no esta lo mismo, tampoco se atreve a irse por si acaso regresase. El libro en si es una fantástica guía de Venecia, esta todo descrito al mínimo detalle, algo a lo que ya, Eduardo Mendoza nos tiene acostumbrados. Si lo lees y no has estado en Venecia, querrás ir, y si ya has estado te entrarán ganas de volver.
Nos leemos! 😉
Lecturas de Verano.
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