1.7.14

Saber Perder





Así es como empieza Saber Perder la tercera novela de David Trueba. La Acción trascurre en Madrid. Nos cuenta la vida cotidiana de cuatro personajes. Sylvia, Lorenzo, Leandro y Ariel. Los tres primeros son familia, y representan la adolescencia, la madurez y la vejez. Cuatro personajes bien distintos que tienen dos coas en común: la perdida y la soledad. No se aceptan tal y como son, ni tampoco la vida que tienen. Cuanto más se obsesionan por cambiar, más se complican la existencia. Saber Perder nos enseña aceptar las pequeñas derrotas de la vida. A veces nos gustaría cambiar cosas de nuestra vida o de nosotros mismos que no podemos, lo mejor es aceptarlo y dejarlo estar. De fondo también se toca la inmigración, la situación precaria de los inmigrantes que están de forma ilegal en nuestro país.

La novela esta formada por cuatro partes, más bien cuatro preguntas:

  • ¿Es esto deseo?
  • ¿Es esto amor?
  • ¿Este soy yo?
  • ¿Es esto el final?


Cada una de ellas esta formada por capítulos cortos fáciles de leer. Dónde nos narra el día a día de los personajes. A veces las historias se entrelazan. En ocasiones hay saltos temporales, hacia el pasado de los personajes ya sea lejano o reciente, de hace unos días. La historia esta narrada en tercera persona. Hay momentos en el que el autor hace sentir al lector como si fuera un chafardero, y viera y escuche conversaciones que no le incumben. No tiene el humor de su antecesora Cuatro amigos, aunque esta narrada con la habitual ironía del autor. La novela esta repleta de diálogos y reflexiones muy buenas, Hay que decir que los diálogos no están señalizados, se mezclan con la narración. Las cuatro historias no tienen un final cerrado, el autor lo deja abierto, para que el lector se imagine el posible futuro de los personajes.

Estos son los cuatro personajes de la novela:

Sylvia: Obsesionada con perder la virginidad, el día de su cumpleaños organiza una falsa fiesta para enrrollarse con un compañero de instituto. Horas después sufrirá un atropello por parte de Ariel, un conocido futbolista. A pesar de la diferencia de edad, ella 16 el 20, y sobretodo el estatus social, se enamoran y mantienen una relación a espaldas de todo el mundo. Siendo ambos cocientes que tiene fecha de caducidad.

Lorenzo: 44 años. Padre de Sylvia. en paro. Su mujer Pilar le abandonado para irse con su jefe. Actualmente Pilar vive en Zaragoza. La única persona que mantiene contacto con ella es su hija Sylvia. Su amigo Paco le propuso llevar un negocio a medias y le estafo. Por todo ello Lorenzo reclama venganza.

Leandro: 73 años. Padre de Lorenzo y abuelo de Sylvia. Profesor de piano jubilado. Le hubiera gustado ser un reconocido pianista como su amigo Joaquín, pero como no tenía suficiente talento, tubo que conformarse con la enseñanza. Lleva una vida tranquila que detesta. Vive atrapado, dentro de un matrimonio acabado. Un día su mujer Aurora, al meterse en la bañera sufre una caída tonta y se rompe la cadera. Le diagnostican una osteoporosis grave. Leandro tiene que hacerse cargo de todo. Cuidar de su mujer, cocinar y mantener la casa en orden. Esta nueva situación le supera. Para evadirse empieza a frecuentar un prostíbulo de lujo. Siempre va con la misma chica, Osembe, una negrita que se hace la tonta, pero que en realidad es muy lista y lo maneja a su antojo. El siempre espera algo más de ella que el trato habitual de cliente. Pronto empieza a tener problemas de liquidez, y no puede pagar los servicios. Para solucionarlo decide hipotecar la casa por segunda vez, sin decirle nada a su mujer.

Ariel: Jugador de fútbol argentino. (Un proyecto de Messi) recibe una buena oferta de un club y se viene para España. con el vemos el día a día de un futbolista. Concentraciones, entrenamientos, partidos, campañas publicitarias, fiestas, drogas, alcohol, prostitutas.... A pesar de estar todo el día rodeado de gente se siente muy solo. Sin nadie que le escuche y le entienda de verdad. No puede elegir su propio futuro, ya que los futbolistas son mercancías. El club y el representante se encargan de ello. ¿Y que decir de la afición? Si metes goles te tratan de dios, si no lo haces pasas a ser un imbécil que no sabe coordinar los movimientos. En estas esta Ariel, cuando una noche de borrachera atropella a Sylvia. Le fractura una pierna nada grave. Se gustan y empiezan una relación. Siempre cautos para evitar que la prensa les pille. Sylvia sabe perfectamente que Ariel la puede dejar en cualquier instante, pero decide no pensar en ello y disfrutar del momento.


Es un libro que todos nos deberíamos leer, al menos una vez en la vida.                

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