Todas las pruebas apuntaban que el crimen lo había cometido Mario, pero en ese momento se encontraba en comisaría. Todo el mundo
sabe que Mario y Priora se llevaban mal, hasta el punto que cancelaron
actuaciones en las que debían actuar juntos. Nadie ha sabido dar razón del motivo de su enemistad. Priora amenazó a Mario con revelar sus trucos. La
verdadera razón por la que Mario y Priora no podían actuar juntos es que Priora
no existe. Es un personaje inventado por el propio Mario. Viendo que su carrera
tocaba a su fin Mario creo a Priora, un mago que hacía los típicos trucos de
magia. Cosa que detestaba, porque a él, lo que verdaderamente le gusta hacer
son trucos de escapismo. Laura lo supo por el algodón con restos de maquillaje
que encontró en casa de Priora. Olivia le dijo que lo utilizaba para
maquillarse las cicatrices, pero lo cierto, es que el maquillaje era demasiado
oscuro para ello. Lo utilizaba para caracterizarse como Priora. El problema es
que su personaje empezó a tener más éxito que el. Mario sentía celos
profesionales, pero también personales, Olivia estaba enamorada de Priora.
Aquella noche Mario se hizo detener, se pasó parte de la noche haciendo trucos
de magia al personal, para hacerse notar y tener una cuartada. Pidió permiso
para realizar una llamada a su abogado, pero en realidad llamo a Olivia, con
número oculto y le hizo creer que era Priora. Laura lo supo porque cuando el
abogado se persono en comisaría, Mario le echo la bronca por no haber venido
antes, y este le contesto que vino en cuanto se entero de lo ocurrido. Mario
había preparado la escena del crimen horas antes. Lo revolvió todo en el
despacho para que pareciese que había habido una pelea, esparció sangre de
Priora que compro en un banco, también puso sangre en el baúl, para hacer creer
que se había utilizado en trasportar el cadáver, ignorante de que ahí se
encontraba el pendiente de Olivia, que seguramente se le cayó durante un
espectáculo. Por último dejo su huella en la ventana. Mientras estuvo en la
celda se mancho los puños de la camisa con sangre. Quería que todas las pruebas
apuntasen a él, pero que a la vez no se pudiese demostrar nada. Días después se
coló en comisaria disfrazado de policía y dejo el cuchillo en la celda. Cuando
supo que Olivia estaba detenida dejo el anónimo en casa de Laura. Mario les
dice que como no habido ningún asesinato no lo pueden detener. Aurora le
responde que lo piensa detener por obstrucción a la justicia, porque no piensa
tolerar que cosas como estas pasen en su comisaria. Jacobo le aclara que ya no
es su comisaria, ha dejado el cargo de comisario general y vuelve a su antiguo
puesto. Jacobo se dispone a detener a Mario, pero este ha desaparecido.
2x9 EL MISTERIO DE LA ABADÍA DEL CRIMEN
Caso
En un monasterio varios monjes se dirigen
a misa. De pronto aparece uno de ellos y les dice que ha descubierto algo sobre
el fundador, pero que lo hará público el
día de su canonización. Todos se quedan sorprendidos de que haya roto su
voto de silencio. Dicho esto sigue su camino hacia la biblioteca. Pocos minutos
después Remigio sale de ella, con un libro que oculta tapado por un trapo. Se
dirige a una habitación, una vez allí aparece otro monje al que no se le ve la
cara, y lo golpea en la cabeza.
Laura y Martín llegan al monasterio, todo
apunta a que Remigio se suicido, lanzándose desde uno de los balcones, pero
Lidia ha descubierto que le operaron de un tumor cerebral y tenia vértigo.
Laura ve una especie de escultura que le llama la atención. En ese momento
llega Bernardo, el abad, y les explica que es un reloj de sol, que les marca el
horario de las misas. Laura ve que el hombre cojea y le ofrece su brazo para
ayudarle a caminar. Mientras se dirigen
a la capilla, le comenta que cuando Remigio les dijo que había
descubierto algo del fundador se dirigían a misa. El abad le dice que así es,
pero le aclara que llegaron veinte minutos antes, seguramente debido a un error
del reloj de sol, y la atrasaron. Cuando llegan a la capilla, Bernardo les
explica que Remigio les dijo que había descubierto algo del fundador que les
haría enmudecer, y que lo haría público el día de su canonización, que se
celebrara dentro de unas semanas. Laura aprovecha la ocasión para decirle que
han sabido que él y Remigio tuvieron varios enfrentamientos porque no le
gustaba su forma de gestionar la orden, y lo quería echar. El abad le deja
claro que el nunca mataría por sus creencias. En la capilla hay dos monjes que
están colocando cirios nuevos, se disponen a llevarse uno a medio consumir,
Bernardo les ordena que lo dejen donde estaba. Llevan a todos los monjes a
comisaría para interrogarlos, ninguno de ellos quiere hablar, escudándose en el
voto de silencio.
Por la noche Laura llega a casa, Maribel
la esta espiando desde la mirilla de su puerta. Cuando la ve sale, y le
pregunta cómo le ha ido la cena con Ismael, Laura le explica que no han podido
cenar porque al poco se ha presentado Sanidad y les ha cerrado el restaurante.
Maribel entra con su hija en casa, Laura cuelga en el perchero la gabardina y
al hacerlo se le cae toda la documentación del caso, Maribel le ayuda a
recogerlo, ve las fotos de los monjes, y al ver la de uno de ellos se queda
paralizada, se marcha de allí sin dar ninguna explicación.
Al día siguiente Laura y Martín acuden a
la biblioteca, y hablan con Isidoro el responsable de esta. Le comentan que
poco antes de morir, Remigio vino aquí, y quieren saber por qué. Isidoro que
guarda voto de silencio, les escribe en una pizarrita que buscaba libros
indignos en la biblioteca. Laura se fija que en medio de la estancia hay una
vidriera que contiene unos escritos antiguos. Se dirige hacia allí con la
intención de abrirla. Isidoro está a punto de hablar, para advertirle que no lo
haga, finalmente se interpone entre la vidriera y Laura para evitarlo. En ese
momento llega Maribel, Laura se queda sorprendida de verla allí. Cuando Isidoro
la ve, la llama por su nombre.
Isidoro y Maribel fueron novios, su relación
acabo cuando Maribel lo dejo por Arturo, el padre de Laura. Isidoro se quedo
tan tocado, que se fue unos días al monasterio para desconectar, y acabo
quedándose indefinidamente. Se ponen al día de lo que ha sido sus vidas.
Laura ha conseguido llevarse los
manuscritos antiguos, que explican cómo se formo la orden, y fueron escritos
por el fundador. Le pide a Cuevas que los analice, ya que le extraña que
Isidoro se pusiera tan nervioso. Cuevas deduce por la letra que fue escrito con
la mano izquierda, pero en los dibujos de la época, el fundador sujetaba los
objetos con la derecha. Al día siguiente hacen firmar a Isidoro una
declaración, y acto seguido Martín la rompe. Le explica que solo le han hecho
firmar para demostrar que es zurdo, y sin embargo el fundador era diestro.
Laura le dice que falsifico los escritos, Remigio lo descubrió y por eso lo
mato. Isidoro le explica que un día se le cayó agua encima de los papeles, el
los volvió a reescribir y Remigio lo descubrió, pero no lo mato. Como prueba le
dice que aún conserva los originales.
Laura y Martín registran la habitación de
Remigio, En el bolsillo de la sotana que utilizaba encuentran una lista de libros,
entre los hay un tratado de herbología. Laura ordena registrar la biblioteca,
están todos los libros excepto el de herbología. Laura cree que Remigio lo
oculto, para que nadie lo encontrara, ahora hay que saber dónde.
Al día siguiente Martín y Laura están con
Bernardo y Damián, boticario. Le preguntan si sabe, porque Remigio le interesaría
un libro de herbología, les responde que no tiene ni idea. También le comentan
que les gustaría hablar con Quintín, es el único monje que les queda por
interrogar. Bernardo les dice que últimamente no se encuentra bien. En ese
momento Laura mira la hora en su reloj, y al hacerlo, a Damián le da todo el
reflejo del sol en la cara. El hombre con extrañeza, mira hacia el edificio de
enfrente. Laura le pregunta si se encuentra bien, este le responde que tiene
que ir a comprobar una cosa. Por la tarde Laura esta en comisaría, y recibe una
llamada de Damián. Le dice que ha descubierto algo, ahora no dispone de tiempo
porque tiene que ir ayudar a preparar la cena, pero convendrían que se vieran
antes de que se sentasen a cenar. Cuando se va, la puerta de la estancia se
abre, alguien ha escuchado la conversación. Laura y Martín van al monasterio,
pero cuando llegan ya están cenando. Deciden cenar con ellos. Les sirven un
plato de sopa con setas. Al lado de Damián esta el abad. Bernardo corta una
rebanada de pan y se la da. Después le pasa el pan al resto. Damián se mete un
trozo de pan en la boca. Al poco se empieza a encontrar mal, y cae de forma
fulminante encima de la mesa.
Laura ha quedado para cenar con Ismael en
su casa, aprovechando que los niños están con Jacobo. Cuando están a punto de
besarse, llega Jacobo con los niños y unas pizas para cenar. Al oír tanto
alboroto viene Maribel y les dice que también se queda. Ismael viendo el
panorama decide irse.
A la mañana siguiente Laura acusa a Jacobo
de fastidiarle todas las citas con Ismael. Este le dice que es casualidad.
Laura le responde que no cree que sea casual que las tres veces, que ha quedado
a cenar con Ismael, Sanidad les haya cerrado el restaurante. En ese momento
llega Lidia con los resultados de la autopsia de Damián, fue envenenado. Dadas
las circunstancias, lo más probable es pensar que el veneno se encontraba en la
sopa. Jacobo sugiere que quizá lo puso el cocinero. Laura le dice que eso es
imposible, puesto que a Damián le tocaba ayudar a preparar la cena, y se habría
dado cuenta.
Laura y Martín van hablar con Jacinto el
monje jardinero. le comenta que las setas que cultiva en el jardín son
las mismas que había en la sopa. El hombre se niega hablar. Cuando están a
punto de irse llega Cuevas, conectado a internet en el móvil. Martín se piensa
que es conexión de pago, pero Cuevas le aclara que es vía wifi. A Laura le
extraña que tal y como están las comunicaciones en el monasterio, tengan wifi.
Con una aplicación del móvil de Cuevas empiezan a buscar de donde puede
provenir la señal. Llegan a unos matorrales, Martín encuentra un portátil,
Cuevas rastrea las paginas que se visitaron con él. La última vez que se
utilizo fue para ver una página, donde se anunciaba el ganador de un concurso
de jardinería, que no es otro que Jacinto.
Llevan a Jacinto a comisaria, este les
explica que a su hermana la iban a desahuciar por no pagar la hipoteca de su
casa. El dinero que gano en el concurso se lo iba a enviar a su hermana, pero
Remigio lo descubrió. Le dijo que si donaba el dinero a la orden no diría nada,
y así lo hizo. Martín le pregunta que si no lo mato, porque se negaba hablar
con ellos. Este le responde que alguien está matando a los que hablan
demasiado.
Al día siguiente Martín y Laura van hablar
con Quintín. El abad les dice que lo ha mandado buscar y no lo encuentran en ningún
sitio. En un momento dado Martín se gira, y
lo ve, con una maleta en la mano. Cuando
Martín se dirige hacia él, este hecha a correr. Empiezan una persecución por
toda la abadía hasta que Martín logra cogerlo. Una vez en comisaría, descubren
que Quintín era un atracador, y que
actualmente todavía tiene cuentas pendientes con la justicia. Laura le pregunta
si esto Remigio lo sabía, Quintín le reconoce que si, asegurándole que no lo
mato. El abad le pide a Jacobo que no presente denuncia contra el muchacho.
Unos días después Laura y Martín se
encuentran en los jardines del monasterio. le explica que Isidoro, le ha
dicho que está convencido de que por las noches alguien entra en la biblioteca
buscando algo, porque al día siguiente algunos libros no están en su sitio.
Laura cree que se trata del asesino que sigue buscando el libro que Remigio
escondió. Mientras hablan de donde puede estar el libro, desde una de las habitaciones
hay alguien que les observa. En ese momento aparecen dos monjes con el féretro
que contiene los restos del fundador, para llevarlos a la capilla. Con esto
Laura resuelve el caso.
Resolución
En la capilla, delante de los restos del
fundador, se encuentra un monje con el rostro oculto por la capucha. Cuando se dispone abrir el
féretro aparece Laura y le dice que no se moleste en buscar el tratado de
herbología, puesto que lo tiene ella. El hombre al verse descubierto intenta
huir, pero Cuevas, Martín y Jacobo se lo impiden. El monje se quita la capucha
y es Bernardo, el abad. Le comenta que sabe perfectamente que el libro, no es
ningún tratado de herbología. Laura le responde que es cierto, en realidad es
la biografía del fundador, en la que se revela que es un asesino sin
escrúpulos. Si esto saliese a la luz, no lo podrían canonizar y la orden se
iría al traste. Por eso cuando supo que Remigio lo quería hacer público, no
dudo en matarlo, golpeándolo en la cabeza con un cirio, luego se deshizo del
cuerpo, haciendo creer que había sido un suicidio. Lo golpeo con el mismo cirio
que no quería que los monjes se llevasen, para que no se diesen cuenta de que
había restos de sangre. Remigio sabiendo que podía morir, escondió el libro en
el féretro, asegurándose así, de que se supiese la verdad. Para tener tiempo de
matarlo sin nadie sospechase, adelanto el reloj de sol veinte minutos, y todos
acudieron a misa antes de tiempo. Para ello, fue a unas de las habitaciones que
tienen vistas directas con el reloj y movió la ventana. Damián lo vio, no
entendió que pretendía con ello, hasta que Laura miro la hora en su reloj, y le
dio el reflejo del sol en la cara. Cuando Damián llamo a Laura Bernardo escucho
la conversación y lo mato. El veneno no estaba en la sopa como pensaban, si no,
en el cuchillo de cortar el pan. Corto una rebanada a Damián, y para asegurarse
de que nadie más moría envenenado se quedo con el cuchillo y paso el pan al
resto.
Cuando Laura llega a comisaria ve que se
llevan detenido a Quintín, le pregunta a su compañero por que lo han detenido, si ella no ha
presentado ninguna denuncia. El policía le aconseja que le pregunte a Jacobo.
Laura va al despacho, Jacobo le aclara que han sido órdenes de arriba. Laura le
dice que eso es imposible, ya que solo ellos dos y Martín estaban al corriente
del pasado del chico. Se marcha muy mosqueada, pensando que es cosa de Jacobo.
Este se mete en la base de datos, para saber quien ha puesto la denuncia, pero
es información confidencial. Telefonea a un amigo para que le dé la clave, y
descubre que ha sido Ismael.
Lidia cada vez se muestra más abierta con
Cuevas, y este quiere saber porque se ha
creado el personaje de mujer borde e inaccesible, si en realidad es todo lo
contrario. Ella le explica que estuvo casada, y su marido le hacia la vida
imposible. Huyo de él, por ello se cambio de nombre, para evitar que la
encontrara.
Isidoro va a ver a Maribel y le dice que mañana saldrá a dar un paseo
por la abadía, y si quiere pueden marcharse juntos. Al día siguiente Isidoro está esperando a Maribel, viendo que
no va a venir se dispone a irse. Entre unos matorrales encuentra una cajita,
que contiene un móvil con una nota. En la que Maribel le dice, que sin ella
estará mucho mejor, y que ahora que ha roto el voto de silencio, si quiere le
puede enviar algún mensaje.
2x10 EL MISTERIO DEL HOMBRE SIN PASADO
Caso
Un hombre deambula por la calle, sucio, y
desorientado. Escucha una chica tocar el violín y se para a mirarla. Justo
detrás, se encuentra la comisaria, se
dirige hacia allí. A los pocos minutos de entrar, llega Laura acompañada de
Maribel, le han operado de la vista, y durante unos días no podrá ver. Laura ha
venido a tramitar los días de permiso, para poderla cuidar. Se fija en el
hombre, y al ver su aspecto le pregunta si se encuentra bien. Este le dice que
necesita hablar con un policía, Laura le responde que ella lo es. El hombre le
explica que alguien lo ha intentado matar. Dicho esto pierde el conocimiento.
Una vez en el hospital, el médico les dice
a Laura y Martín que por las heridas parece que haya sufrido un accidente de
tráfico. Son superficiales, se pondrá bien. El problema es que debido al trauma
del accidente sufre amnesia, no recuerda nada, ni siquiera quien es. Laura le
explica al hombre lo que les ha dicho el médico, este insiste en que ha sido un
intento de asesinato. Martín le coge la chaqueta y ve que la etiqueta tiene las
iniciales M.M. Laura mira en el bolsillo y encuentra una cajetilla de cerillas
de un café-bar. El hombre se empeña en ir, como está desorientado Laura y
Martín se ofrecen acompañarle.
Al llegar Laura le pregunta si le resulta
familiar, él le dice que no. Se disponen a sentarse en una mesa, pero el hombre
prefiere otra que está más atrás. Llega la camarera, y Laura le pregunta si lo
reconoce, ella le dice que no, debido a que es su primer día. En ese momento
aparece Eva, la propietaria del local, y le dice que tomara lo de siempre,
tarta de manzana y café. Laura la pone al corriente de lo sucedido y le
pregunta si sabe cómo se llama. La chica le explica que venía dos veces por
semana, siempre se sentaba en la misma mesa y pedía lo mismo, mantenían largas
charlas, pero no le llego a decir su nombre. Eva sostiene un frasco, y Laura le dice que huele
muy bien, ella le responde que es un ambientador de violetas. También le
comenta que tiene un piano muy bonito. El hombre al verlo va hacia él, y lo
empieza a tocar con gran maestría. Todos se quedan muy sorprendidos, mientras
que Martín lo grava con el móvil. Después enseña la grabación a Jacobo, Lidia y
Cuevas. Este último, les dice que hoy, en el periódico ha visto un anuncio de
un quinteto de cuerda que tocara esta semana. En él, pone que el piano lo
tocara Máximo Madrigal. Viendo que las iniciales del nombre coincide con las de
la etiqueta, deciden buscarlo en el registro, y es el.
Al día siguiente Martín y Laura acompañan
a Máximo a su casa. Le han traído unas entrevistas que han encontrado en
internet. Máximo les pregunta si tiene familia, ya que ninguna de ellas dice
nada. Martín le responde que según el registro es soltero. Al llegar a la
urbanización Máximo, les dice que le trae malas vibraciones, Laura le responde
que aunque no recuerde nada, no debería sentirse así, porque es su casa. Para
entrar se necesita una clave, dado que Máximo no se acuerda, Martín va hablar
con el vigilante. Máximo empieza a tocar las teclas que emiten unos sonidos,
toca la sinfonía de Beethoven y la puerta se abre. El y Laura entran. En una
mesita de centro reposan unas bolas de nieve, de los sitios a los que ha
viajado. Le llama la atención, una en especial, de Salzburgo. En una de las
paredes del comedor, hay un cuadro con una foto en blanco y negro, de una mujer
muy guapa, que sostiene un violín. Laura le pregunta si la reconoce, y él le
dice que no. En ese momento llega Martín, y les explica que ha estado hablando
con el vigilante. La mujer del cuadro es Rebeca, su pareja, no estaban casados
pero Vivian juntos. Ayer el vigilante los vio salir juntos en coche, hacia las
nueve de la noche. Dadas las circunstancias ha llamado a la central, y le han
dicho que acaban de saber que en una carretera cerca de aquí, ha habido un
accidente mortal de tráfico. En el asiento del copiloto viajaba una mujer,
Rebeca.
Lidia informa a Jacobo, Martín y Laura de
que Máximo tenía razón, cuando decía que el accidente había sido provocado. Al
analizar el coche han visto que los frenos fueron manipulados. El coche salió
del taller ayer, a las cinco de la tarde, el vigilante los vio salir a las
nueve, así que durante esas cuatro horas alguien tuvo que manipular los frenos.
Jacobo les dice, que si Máximo sospechaba que había sido provocado, es porque
sabía quién le quería hacer daño y porque.
Averiguan que durante esas cuatro horas
estuvo en su casa, ensayando con el quinteto. Al día siguiente los reúnen en
casa de Máximo. Mientras esperan a que lleguen, Máximo y Laura están en la
habitación, mirando las cosas de Rebeca. Laura abre uno de los cajones de la
mesita y encuentra una partitura, en la que pone “Para Rebeca, espero que te
guste” vuelve a dejar la partitura en su sitio, y al cerrar el cajón se da
cuenta de que hay algo trabado, mete la mano por debajo y saca un fajo de
sobres perfumados. Al abrirlos descubren que son anónimos en los que dice, que
tiene que dejar a su marido, o morirán los dos. Rebeca tenía un amante. Al
bajar, Martín se encuentra mirando la colección de violines de Rebeca, le
comenta a Laura que ayer estaban todos,
y hoy falta uno. Del quinteto, hay un hombre que está tocando el piano, al ver
a Máximo, lo deja de tocar, se dirige hacia él, y lo abraza. Se presenta como
Joaquín, su hermano. A Máximo no le trasmite buenas vibraciones, y le pregunta
si se llevaban bien, este le dice que sí. Después se presenta Alfredo y por
último Malena, ella es la que se muestra más afectada por la muerte de Rebeca.
Laura le dice a Máximo que aunque él no lo recuerde, una de estas tres personas
manipulo los frenos de su coche, para matarles.
Cuevas rastrea las cuentas de Rebeca y
localiza el piso, donde se veía con su amante. Jacobo envía a Laura para allá.
Ella va acompañada de Martín y de su madre, ya que luego tiene que llevarla a
la revisión de la vista. Mientras van a ver el piso, Maribel se queda en el
coche. No encuentran nada de interés, cuando se disponen a irse, oyen cerrarse
una puerta. En el pasillo aparece una persona vestida de negro, con el rostro
cubierto por una capucha. Martín se dispone a retenerle, pero este le golpea en
la cabeza con un cenicero y huye, Laura acude corriendo a socorrerle. El amante
se dirige al coche de Laura, e intenta sacar a Maribel de dentro para poder
huir. Maribel forcejea con él, y a la vez intenta cerrar la puerta del coche,
al hacerlo le pilla la mano y le hace daño. Finalmente consigue sacar a Maribel
del coche, se sube y se marcha. En ese momento llegan Laura y Martín.
Martín y Laura se presentan en el ensayo,
y le comenta que tienen que fijarse bien en las manos de cada uno de ellos,
porque como Maribel le hizo daño al amante, tiene que tener un rasguño, o al
menos la mano dolorida. Malena aprovecha la presencia de los policías, para
comunicarles, que después de la actuación de mañana deja el grupo, porque para
ella sin Rebeca, no tiene sentido seguir. Laura les dice que solo ha venido a
desearles mucha suerte para mañana, le da la mano a cada uno de ellos, ni ve,
ni nota nada. Cuando se dispone a darle la mano a Malena le tira las partituras
al suelo, al recogerlas se caen las de los demás. Laura aprovecha el follón,
para llevarse una partitura sin que nadie se dé cuenta.
Más tarde hacen venir a Joaquín a
comisaria, y le ponen la sintonía de una melodía, Laura le pregunta si la
reconoce, este le responde que no. Le refresca la memoria diciéndole, que es la
misma melodía que tocaba en casa de su hermano, el día que se conocieron. Le
comenta que los grafólogos a parte de analizar la letra, pueden analizar
partituras. Martín le coloca delante la partitura que encontraron en la
habitación de Rebeca, y la que Laura se llevo del ensayo. Ambas escritas con la
misma letra, su letra. Joaquín les explica que Rebeca antes de salir con su
hermano, estuvo con él, y fue él quien le escribió esa melodía. Laura le enseña
los anónimos y le pregunta si también los escribió el, este le asegura que no.
Laura va casa de Máximo a ponerle al corriente de los últimos acontecimientos,
y de paso se interesa por saber si ha descubierto algo. Le cuenta que lleva
toda la tarde dando vueltas por la casa, y lo único que ha sacado en claro, es
que un mueble que se encuentra junto a la pared, no está en su sitio. Luego
coge la bola de Salzburgo y le dice que está convencido de que allí, paso algo
relacionado con la muerte de su mujer.
Al día siguiente Máximo queda con Alfredo,
este le pone la grabación del ensayo de ayer, Máximo le pregunta si la melodía
es así, porque hay algo que le resulta extraño. Alfredo le responde que no han
cambiado nada. Máximo le pregunta si alguna vez ha estado en Salzburgo, este
muy nervioso le dice que no. En ese momento aparece Laura acompañada de Martín,
y le pregunta si no quiere pensarse mejor su respuesta, ya que han rastreado
sus cuentas y han visto, que hace un mes fue allí, justo el día que también estuvieron
Rebeca y Máximo. Alfredo les explica que Rebeca y Máximo lo querían echar del
grupo y fueron a Salzburgo a buscarle un sustituto, el fue allí, para intentar
hacerles cambiar de opinión. Máximo le comenta, que entonces le hicieron caso.
Laura se da cuenta que si sigue en el grupo es porque Rebeca está muerta y el
no recuerda nada.
Laura va a ver a Malena y le pide que le
enseñe su violín. Ella lo hace, Laura le comenta que es el mismo violín que
falta en la colección de Rebeca. Ella le dice que se los intercambiaban. Luego
va ver a Máximo al café, este le dice que la actuación de esta noche, será la
última con el grupo, a partir de mañana tocara aquí. También le explica que ya
sabe porque el ensayo le sonaba raro. Uno de los violinistas toco una octava
más baja. Laura va a casa de Máximo a revisarlo todo de nuevo. Mueve el mueble
que Máximo le dijo que no estaba en su sitio, y encuentra algo, luego mira en
la dirección donde está la bola de Salzburgo y resuelve el caso.
Resolución
Laura, Martín y Jacobo se presentan en el
concierto, Jacobo se dispone a pararlo, pero Laura le pide que los deje tocar
juntos por última vez. Después del concierto reúnen a los sospechosos,
inclusive a Eva. Laura empieza su relato:
Cuando supieron que Rebeca tenía un amante,
automáticamente pensaron en Joaquín y Alfredo. Cometieron el error en dejar
fuera a Malena, porque ella, es la amante. Fue al piso, para comprobar que no
había nada que la pudiese relacionar. Cuando forcejeo con Maribel, le hizo daño
en la mano, y por eso toco una octava más baja en el ensayo. Alfredo le comenta
a Laura que entonces, fue Malena quien manipulo los frenos. Laura le responde
que si hubiera sido ella, se habría llevado el violín el mismo día del crimen.
Sin embargo, no lo hizo hasta dos días después, al enterarse de lo sucedido. El
asesino es la misma persona que se entero de que Rebeca y Malena mantenían una
relación: Máximo. Este le recuerda que a él también le intentaron matar. Laura
le explica que cuando supo que mantenía una relación con una mujer, no lo pudo
soportar y lo ideo todo. Aquel día llevo el coche al taller, para desviar
sospechas, y que pensaran que los frenos los había manipulado otra persona. Eva
le dice a Laura que Máximo se arriesgaba a morir o que Rebeca sobreviviese.
Laura les explica que la pendiente por la que cayó el coche, no era muy
pronunciada, y que Rebeca no hacía falta que muriese en el accidente. Máximo la
mato antes de salir de casa, golpeándola en la cabeza con la bola de Salzburgo.
Al mover el cadáver vio que había dejado un rastro de sangre, lo tapo, moviendo
el mueble, por eso Máximo insistía tanto en que no estaba en su lugar. No podía
pasar mucho tiempo entre la muerte de Rebeca y el accidente, o la autopsia
revelaría la verdad. Cuando el vigilante los vio, no se dio cuenta de que
Rebeca ya estaba muerta. La amnesia no fue producida por el accidente, si no,
por el trauma de haber cometido el crimen.
Trama personal
Jacobo advierte a Laura que vaya con cuidado con Ismael, fue él quien
denuncio a Quintín. Ella no le cree. Por la noche aprovechando que los niños no
están, organiza una cena con Ismael, y le pregunta si denunció al monje, este
le dice que no. En ese momento llega Maribel, que con la excusa que no ve, se
ha metido en casa de su hija, en lugar de la suya. Se sienta al lado de Ismael
pensando que es Laura. Al rato se queda dormida encima de la chaqueta de
Ismael. Él le dice que ahí tiene las llaves de su casa. Laura le deja quedarse
a dormir en la habitación de los gemelos. Al día siguiente Laura se encuentra a
Ismael preparándole el desayuno. En estas llega Jacobo con los niños. No le
hace ninguna gracia, pero se contiene. Más tarde le advierte que lo estará
vigilando de cerca.
2x11 EL MISTERIO DE LA DAMA ROJA
Caso
Un hombre de unos sesenta años está en su
casa comiendo con unos amigos. De repente se encuentra mal y les pide que se
vayan. Sube al piso de arriba y cuando se dispone a coger el teléfono cae al
suelo. En ese momento llega la mujer, una chica de unos treinta años, que ha
pasado el fin de semana en un balneario. Al oír ruido en el piso de arriba
sube, y no parece sorprendida de encontrarlo tirado en el suelo, intentando
coger el teléfono. Se lo quita, y solo cuando se asegura que está muerto llama.
Mientras lo hace, acaricia un colgante dorado que lleva colgado en el cuello,
el corazón de una araña.
Sergio era amigo de Arturo, el padre de
Laura. Y Maribel acude al entierro. Luego le comenta a su hija, que todo le
parece muy extraño, se casa hace unos meses con una treintañera, esta se va a
un balneario y cuando vuelve se lo encuentra muerto. Laura le dice, que era
millonario y seguramente se pegaba la vida padre, Maribel le responde que se
cuidaba al máximo y le pide, que vayan a visitar a la viuda, a ver si averiguan
algo. Laura que no quiere comerse el marrón ella sola, llama a Martín para que
las acompañe.
Al llegar a la casa, se la encuentran
completamente vacía. Aparece una mujer y les dice, que si han venido a ver la
casa, ya está vendida. Laura le explica que son amigos de la familia, y han
venido a dar el pésame a la viuda. Le comenta que venían mucho por aquí, a
bañarse con los niños en la piscina. La mujer extrañada le contesta que esta
casa no tiene piscina, Maribel hace saber a su hija que Sergio era fóbico al
agua. Laura sale del paso, señalando a Martín y diciéndole que era hinchable, y
que su marido la montaba en el jardín. Martín no tiene más remedio que seguirle
la corriente. Maribel le pregunta a la chica de la inmobiliaria, como se ha
podido vender la casa tan rápido. La mujer les explica que la venta la apalabro
su viuda Ágata del Valle, hace un mes. Laura le pide permiso para echar una
ojeada a la casa. Los tres se dirigen hacia la cocina. Laura se fija que en el
mármol, hay un recipiente con distintas especies, y que falta el picante. Maribel
le explica que Sergio no podía comer picante porque tenía una úlcera. Laura
mira en la despensa y ve que está llena de comida enlatada. Martín le comenta
que debía pasar mucho tiempo solo. Maribel sugiere que quizá no se atrevía a
comer nada, que antes hubiese pasado por otras manos. Cuando se marchan,
alguien desde un coche, les está observando.
Unos días después, Cuevas le dice a Laura
que ha rastreado las cuentas de la viuda, y no ha encontrado nada llamativo.
Pero le extraña, que todos los datos son de hace seis meses, de antes no hay
nada. Laura repasa las cuentas y ve, que estuvo haciendo un cursillo de
submarinismo, el pasado fin de semana, cuando se suponía que debería estar en
el balneario. Le comenta a Martín que no entiende por qué haría un curso de
submarinismo, si su marido tenía fobia al agua. Laura se fija que sobre la mesa
de su compañero, hay un libro que trata de política, y le llama la atención.
Este le explica que ha conocido a una periodista, y ha pensado que si le hace
creer que tienen puntos en común, le resultara más fácil ligársela. Esto a
Laura le da una idea. Puede que Ágata haya hecho el curso, para acercarse a su
próxima víctima. Le pide a Cuevas que busque en la federación de submarinistas
a hombres mayores de 60 años, que tengan un patrimonio superior a los tres
millones de euros, y se haya casado en los últimos seis meses. Le aparece
solamente uno. Alejandro. Todo lo hacen a escondidas de Jacobo, debido a que no
quiere que se investigue sin tener pruebas concluyentes.
Ismael le cuenta a Laura que esta de obras
en casa, y que se tendrá que buscar una pensión donde dormir. Laura le ofrece
su casa, mejor dicho su sofá. Cuando Jacobo lo sabe, pone el grito en el cielo.
A Martín tampoco le hace gracia, pero disimula como buenamente puede. Le
advierte que ha investigado a Ismael y no tiene obras en casa. Laura acompañada
de Maribel va a casa de Alejandro para hablar con Ágata, se lleva a su madre
porque ella es la única que la ha visto. Al llegar se hacen pasar por
responsables de la federación de submarinismo. Le dicen a Alejandro que su
mujer a hecho recientemente un curso, y quieren comprobar unos datos. Este
sorprendido les contesta que su mujer hace años que bucea. Laura insiste en
hablar con ella. Mientras tanto, los gemelos
se han quedado con Ismael, les está haciendo la comida, en estas llega Jacobo.
Al ver a Ismael, le pregunta donde esta Laura. Este le dice que ha ido con su
madre a interrogar a un sospechoso, Jacobo le contesta que ahora mismo no tiene
ningún caso, y sospecha donde puede haber ido. Cuando Alejandro está a punto de
ir a buscar a su mujer, llega la criada y le da un recado. Les dice que se
tiene que ausentar durante unos minutos. Laura y Maribel aprovechan la ocasión
para ir al jardín i ver si se encuentra la mujer. Efectivamente está en una
tumbona tomando el sol. Mientras se acercan a ella, le pregunta a su madre si
la reconoce. Ella le responde que la otra tenía el pelo más corto, y que las
pocas veces que coincidieron siempre la vio de espaldas. Al llegar, le cuentan
la misma historia que al marido, la chica les dice que ella hace años que
bucea. Laura le explica que en la base de datos consta que Ágata del Valle,
hizo un curso hace poco. La mujer le responde que se han debido de confundir,
porque ella se llama Regina. En ese momento llega Alejandro acompañado de
Jacobo. Antes de irse, Laura decide explicarle la verdad al marido, y le
advierte que vaya con cuidado.
Al llegar a comisaria Jacobo echa una buena
bronca a Laura por no haberle hecho caso. Por la noche Regina en casa, quema
los carnets de las diferentes identidades que ha creado, luego en la caja
fuerte deposita un sobre. Llega Alejandro y hablan de lo sucedido esta mañana,
la chica le propone que para disipar las dudas de los policías, los invite a
comer mañana en casa, ella no estará presente para que puedan hablar
tranquilamente. A media noche Regina se dirige al garaje, y de un maletín
extrae un recipiente que contiene una araña.
Al día siguiente Laura, Martín y Jacobo se
encuentran en el Jardín de casa de Alejandro. Mientras este corta y les sirve
la carne, les explica que ha cocinado su mujer. Laura se encarga de servir el
vino, cuando le va a servir a Alejandro, este le dice que no puede beber porque
es diabético. Todos beben, Laura se atraganta y al toser se mancha la blusa.
Mientras comen, hablan de las sospechas sobre Regina. Alejandro empieza a tener
problemas respiratorios, a los pocos segundos cae fulminado sobre la mesa.
Martín le toma el pulso y comprueba que está muerto.
Dos días más tarde, Lidia ya tiene los
resultados de la autopsia. Jacobo se queda muy sorprendido, cuando le dice que murió
envenenado y que el veneno estaba en la carne. La única explicación posible, es
que alguien se lo pusiera en el plato. Jacobo llama a Laura, que ha ido al
entierro, y le pide que lo pare. Lidia le pregunta cómo es posible que hayan
devuelto el cadáver, Jacobo le explica que en el primer análisis el forense
dictamino que era un infarto, y no vieron motivo para negarse. En el entierro
Laura le comunica a la viuda que han descubierto que su marido fue envenenado y
esta noche la pasara en la cárcel. La mujer le responde que esta noche dormirá
en su casa, y deseara no haberla conocido. Una vez en comisaria Laura y Jacobo
la interrogan. La mujer les pregunta cómo pudo poner el veneno en el plato, si
ella no estuvo presente. Les explica que estos días se ha estado viendo con
otro hombre, este le pidió que dejara a su marido, ella se negó y amenazo con
matarle. Su amante pudo envenenar a su marido, ya que estuvo presente en la
comida. En ese momento se levanta, va hacia la ventana y señala a Martín, que
esta fuera. El al verla entra en la sala. Laura le pregunta si la conoce y si
se ha acostado con ella. Este con cara de pícaro le hace un gesto afirmativo.
Cuando Regina se va, Laura y Jacobo ponen al corriente a Martín de la
situación. El les aclara que le dijo que se llamaba Cora y que era periodista.
Jacobo le pregunta si le dio información sobre el caso, y Martín le reconoce
que sí.
Al día siguiente Laura, Martín, Jacobo y
Cuevas inspeccionan la casa de Alejandro, en presencia de Regina. En un momento
dado, la mujer se gira de espaldas a Laura, y ella le ve una araña en la nuca.
Coge una revista para darle y matar al insecto, pero antes de que lo haga, la
mujer le advierte que es un tatuaje. Cuevas registra la caja fuerte, y
encuentra un sobre con fotos de Regina y Martín besándose. La mujer sin apenas
disimular les dice, que su marido los había descubierto. Martín le responde que
las ha dejado ella para inculparle.
Tras lo sucedido, Jacobo aparta a Martín
del caso, y registra su piso, en busca de pruebas. Encuentran una jeringuilla
con restos de veneno. Laura le pregunta a Jacobo que piensa hacer. Este le dice
que si fuese otra persona, ya hubiese cursado una orden de detención. Pero le
da hasta mañana por la tarde para que pueda demostrar su inocencia. En ese
momento llega Martín, y le pide que lo detenga. Antes de que se lo lleven,
Laura le dice que sabe que es inocente, y él le responde que sabe que lo
demostrara.
Más tarde, hablando sobre Regina, Jacobo le comenta a Laura, que es una pena que no le diese con la revista en
toda la cabeza. En ese momento llega Lidia y les comunica, que el veneno
encontrado en la jeringuilla, se corresponde con el que mataron a Alejandro.
Laura le pide que compruebe, si se trata de veneno de una araña. A la mañana
siguiente Lidia llega con los resultados. Efectivamente es veneno de una araña,
concretamente la Dama Roja. Los laboratorios Acosta experimentan con ella, para
combatir el cáncer, el encargado de la investigación es Tristán García.
Al llegar a los laboratorios preguntan por
Tristán. Su compañero de trabajo, les entrega una caja que contiene algunos
objetos personales. Laura le aclara que lo que quieren es hablar con Tristán. El
hombre se disculpa, le comenta que Tristán murió hace unos años, y se dejo
efectos personales, y creía que eran familiares que los venían a recoger.
Jacobo le enseña la placa de policía, y le pide que les cuente lo que paso.
Tristán experimentaba con el veneno de la Dama Roja para combatir el cáncer,
había logrado grandes avances, pero los inversores decidieron dejar de
invertir. No lo pudo soportar y se suicido, metiendo la mano en el recipiente
donde se encontraba la araña. Laura le pregunta cómo se combate el cáncer con
el veneno. El hombre les explica, que primero se echa el veneno en las células
cancerígenas, y luego se inyecta el antídoto para contrarrestar el efecto sin
dañar al organismo. Jacobo le enseña una foto de Regina, y le pregunta si la
vio con Tristán alguna vez, este le dice que no. Laura mira en la caja y
encuentra un colgante dorado, con el corazón de una araña. Jacobo ve que se
dispone a irse, y le pregunta dónde va. Ella le responde que a parar una
lavadora. Laura llega a casa, saluda a sus hijos que están comiendo con
Maribel, y para la lavadora. Saca toda la ropa pero no encuentra lo que busca.
En el sofá ve un pilón de ropa planchada, pero tampoco. Finalmente le pregunta
a su madre, donde está su blusa azul, Maribel le dice que la ha tirado a la
basura. Laura la coge y se marcha corriendo.
Regina ha vendido la casa de su marido, y
se dispone a irse, pero antes le pide a la criada que lleve un paquete a
correos. En ese momento llegan Laura, Jacobo y Martín. La mujer al verlo, le
pregunta que hace aquí. Laura le dice, que no quería perderse el ver como la detenían.
Porque ya sabe como lo hizo y porque.
Resolución
Laura le enseña a Regina el colgante que
ha encontrado en la caja. Es la mitad del corazón de una araña, Regina tiene la
otra mitad. Ella y Tristán eran pareja, y cuando este se suicido, decidió
vengarse matando uno a uno a los inversores que habían dejado de invertir.
Utilizando el mismo veneno con el que Tristán se quito la vida. Sergio y Alejandro eran los últimos. Sabía que
la policía le estaba siguiendo la pista, porque la chica de la inmobiliaria, la
alerto el día que fueron a ver la casa. Pero a pesar de eso siguió adelante,
por ello ideo el plan para inculpar a Martín. El día de la comida, toda la
carne estaba envenenada. Regina interrumpe a Laura para preguntarle, que si la
carne estaba envenenada, como es que ellos no están muertos. Laura le responde,
que todos fueron envenenados y salvados al mismo tiempo, ya que el antídoto se
encontraba en el vino. Lo puso ahí sabiendo que Alejandro, no podía beber
porque era diabético. Con Sergio hizo lo mismo, solo que esta vez, lo puso en
una salsa picante, sabiendo que él no podía comer, por tener una ulcera. Laura
saca del bolso la blusa, y les explica que aquel día, se atraganto y se mancho
la blusa de vino. Al analizarla han encontrado restos del antídoto.
Al llegar a casa, en la mesita de centro hay un
paquete con una nota escrita con ordenador, en la que dice “Me has librado de
la cárcel, ahora vas a ser tu, la que no se libre de mi.” Laura lo abre y es
una caja de bombones. En ese momento suena el teléfono, es Martín. Le da las
gracias por haberle enviado la caja de bombones. Este le dice que no le ha
enviado nada. Laura vuelve a mirar la caja, y esta vez se fija que hay una
araña. De inmediato suelta el teléfono y se sube encima del sofá. Llega Maribel
y al ver en esa postura a su hija, le pregunta que le pasa. Laura casi sin
atreverse hablar le señala la araña, que ya se ha salido de la caja y se
desplaza por la mesita de centro. Maribel como si tal cosa, se saca la
zapatilla y la mata de un zapatazo.
2x12 EL MISTERIO DE LOS DIEZ DESCONOCIDOS (I PARTE)
Caso
Año 1975, Arturo Lebrel, el padre de Laura
que también era policía, tiene un caso entre manos, de hecho, ya han detenido
al principal sospechoso. Aunque está convencido de que es inocente, y lo está
hablando por teléfono con un compañero. Cuando cuelga, aparece Laura, que por
aquel entonces tendría unos diez años. Le enseña el dibujo que ha hecho de la
familia. A su hermana Verónica la ha dibujado como un monstruo, y Arturo le dice
que no ha salido muy favorecida. Laura se sienta en el regazo de su padre, y le
pregunta de qué estaba hablando. Arturo le explica que han detenido al presunto
culpable, pero está convencido que es
inocente y no sabe como demostrarlo. Al levantarse, Laura tira el vaso de
whiskey que se estaba tomando su padre, y moja toda la documentación del caso.
Su padre coge los cubitos de hielo, a la vez que se fija en la foto de la
víctima. Al hombre lo encontraron muerto en su despacho. Sentado en la silla, con la cabeza apoyada en el escritorio. Arturo ve que
detrás de la silla, hay un charquito de agua, y justo al lado un trofeo. El hombre primero mira el charco
y luego el cubito de hielo que tiene en la mano, con esto resuelve el caso.
Antes de que Laura se vaya a cenar, su padre le dice, que normalmente la gente
solo se fía de lo que ven sus ojos, pero para lebreles como ellos, lo
importante no es la vista sí, no, el olfato.
Un hombre esta en un despacho removiéndolo
todo. A los pocos minutos llega alguien
al que no se le ve el rostro, el hombre le dice que ha descubierto lo
que se propone hacer con esas diez personas. La otra persona saca una pistola
con silenciador y lo mata. Antes de irse, sobre el escritorio deja unos sobres
entre los que se puede leer el nombre de Laura Lebrel. Unos días después Laura
se encuentra en casa leyendo esa misma carta, en la que la invitan a resolver
un misterio. Tiene que confirmar su asistencia en una página web. La persona
que le escribe la carta, le dice que sabe que acudirá, porque ella no se fía de
lo que ven sus ojos, si no, de su olfato. El escrito está firmado por el señor
X. Laura le comenta a Maribel que esa frase se la decía su padre cuando era
pequeña. Maribel le aconseja que se deje de tonterías porque total no va poder
ir, ya que se va de fin de semana con Ismael. Le pregunta si la pasara a buscar
por casa, Laura le dice que han quedado directamente en comisaría, porque
Jacobo quiere hablar con ella.
Mientras Ismael espera, Jacobo le dice que
lo ha estado investigando y ha descubierto que se ve con otra mujer, a la vez
que esta con Laura, y se lo piensa contar. Ismael le responde que le diga lo
que quiera, porque lo acabara creyendo a él. Cuando se gira para irse, se da
cuenta de que Laura está detrás y lo ha escuchado todo. Jacobo le dice a Cuevas
que ha llamado la atención de los jefes, quieren que forme parte de la brigada
informática de la policía, pero ello, supondría un cambio de comisaria. Cuevas
le pide tiempo para pensárselo, no sabe qué hacer, ahora que tiene una relación
con Lidia.
Después de la ruptura con Ismael, Laura decide aceptar la
invitación. Se mete en la página web, y le aparece un mapa donde le muestra el
punto de encuentro. Jacobo les pide a Lidia y
a Cuevas que investiguen la desaparición de Samuel Marzo, un detective
privado. Laura llega al lugar donde le indicaba el mapa. A los pocos minutos
aparece Martín, se piensa que todo esto es cosa suya, este le aclara que solo
se ha limitado a seguirla, porque no quiere que vaya sola. Al poco rato aparece
otro coche, de él, se baja un hombre vestido de negro y gafas de sol. Laura le
pregunta si es el señor X, este le responde que no. Señalando a Martín, le dice
que solo la esperaba a ella, y el no puede venir. A Laura, todo esto le empieza
a dar miedo, le responde que si su compañero no va, ella tampoco. El chofer
llama al señor X y se lo explica, a los pocos minutos cuelga y le pregunta si
es Martín Maresca. Al confírmale que si, les dice que puede venir, porque el señor X contaba con su presencia.
Tras dos horas en coche llegan a una casa
perdida en la montaña. Martín se da cuenta que esta electrificada y no se puede
salir de ella. También de que no hay cobertura. El chofer les acompaña hasta el
recibidor, y les informa de que en el comedor se encuentran el resto de
huéspedes. Laura le pregunta cuantos son, el hombre le responde que contándoles
a ellos dos, son diez. Se dirigen al comedor y conocen al resto: Francisco (fiscal),
Nicolás (informático), Margarita (escritora de misterios) Vera (de pequeña
recibió una herencia, y no se dedica a nada),
Elisa (espiritista) y Felipe (psiquiatra) Laura les pregunta si saben
quién es el señor X, estos le dicen que no.
Echas las presentaciones, suben
arriba a dejar las cosas. Martín ve una habitación con el nombre de Laura. Al
entrar se le cae el bolso, y al recoger las cosas arma tal escandalera, que
hace acudir a los dos huéspedes que le faltaba por conocer, Alfredo
(periodista) y Guillermo (policía) Laura le comenta que ellos también son
policías, cuando le dice su nombre se la queda mirando, como si la conociera de
algo. Alfredo le ayuda a recoger las cosas. Entran en la habitación. Laura mira
en el bolso y no encuentra la pistola (la tiene Alfredo) cae en la cuenta que
solo hay una cama, y van a tener que dormir juntos, Martín le dice que no se
preocupe que sabrá controlarse. Laura va dejar las cosas en el baño y coincide
con Vera, la chica le dice que comparten baño. En estas llega Martín, Vera
mirándolo, antes de irse deja caer, que
esta noche dejara la puerta abierta, por si alguien le quiere hacer una visita
nocturna. Laura le contesta que ellos echaran el cerrojo a la puerta, porque
les gusta tener intimidad. Elisa está en su habitación dejando las cosas en el
armario, tiene abierta la parte derecha, y no ve, que en la parte izquierda hay
el cadáver de un hombre.
Mientras tanto en comisaría, Lidia y
Cuevas se reúnen con la secretaria del detective. La mujer les cuenta, que el
último cliente que tuvo Samuel, siempre se refería a él, como señor X contrato
sus servicios para que localizara a diez personas. Descubrió lo que se proponía
hacer con ellas, y lo quería denunciar, pero antes necesitaba pruebas, ayer le
dijo que en una hora le llamaría, han pasado quince y no tiene noticias suyas.
Lidia le pide que le traiga toda la información del caso.
Se reúnen para comer, a pesar de que son
las tres, el reloj que está en el comedor, emite diez campanadas, y a todos les
resulta extraño. Durante la comida hablan del señor X. Laura les dice, que los
debe de conocer muy bien, porque a todos los ha sabido engatusar para que
acudan. A ella, Margarita y Guillermo que se dedican a investigar les ha
prometido un misterio, a Francisco, estudiar unos libros de leyes muy valiosos,
a Nicolás un buen trabajo, a Elisa hacer una limpieza de espíritus en la casa,
a Alfredo un gran reportaje, a Felipe consejo médico y a Vera no le pidió nada,
pero ella nunca rechaza una invitación. Laura se fija que en el centro de la
mesa hay diez figuritas, Margarita le comenta que son como los diez negritos de
Agatha Christie. Diez desconocidos se encuentran en una casa, un asesino los
empieza a matar uno a uno, cada vez que muere alguien, una de las figuritas aparece
rota. En la novela, el anfitrión les deja grabado un mensaje en el gramófono.
Margarita ve uno, y lo pone en marcha, y de él se escucha una voz de hombre,
que les da las gracias por venir. Les reconoce que no ha sido del todo sincero
con ellos. Están aquí para resolver un misterio. Algo del pasado les une a
todos ellos, tienen que averiguar que es. Lo hablan pero no llegan a ninguna
conclusión. Felipe les dice que va a su habitación a por un licor de hierbas
que les ayudara a pensar. El hombre se equivoca, y se mete en la de Elisa. Al abrir el armario le cae el
cadáver encima. Felipe lo deja en la cama, y va avisar al resto. Cuando todos
llegan a la habitación el cadáver no está. Registran todas las habitaciones y
no encuentran nada. Mientras tanto en el jardín, hay alguien que lo está
enterrando.
Por la tarde los diez están en el jardín.
Laura y Martín van a dar una vuelta, y descubren una lápida. En la inscripción
se lee, Waldo Lydecker fallecido en 1975. Cuando regresan, Francisco les dice,
que va inspeccionar la casa en busca de un teléfono, si lo encuentra llamara a
un taxi. Mientras habla no deja de darle vueltas a un anillo que lleva puesto.
Vera está jugando una partida de ajedrez con Guillermo, este se mosquea con
ella, porque siempre le coge sus fichas. Martín le dice a Laura, que va a ir a
buscar a Francisco para decirle que ellos también se marchan con él, porque
está harto de estar aquí. Vera se ofrece acompañarle. Al poco de marcharse el
reloj vuelve a dar las campanadas, esta vez nueve. Vera y Martín llegan a la
habitación de Francisco, pican a la puerta, al no obtener respuesta entran, y
se lo encuentran muerto. Martín da el aviso al resto. Laura les dice que en el
momento del crimen todos estaban en el jardín, así que ha tenido que ser el
señor X. Que les está observando.
Cuevas llega con toda la documentación del
caso, al dejarla se le cae una carpeta debajo de la mesa, pero no se da cuenta.
Lidia está mirando el listado de personas que el detective tenía que localizar,
y descubre que una de ellas es Laura. Se lo comunica a Jacobo, este
inmediatamente, al no localizarla se va
a casa, para hablar con Maribel. Ella le enseña la carta que recibió esta
mañana. Jacobo se mete en la web, pero la página ha sido eliminada.
Se dividen en tres grupos, cada uno
capitaneado por un policía, para registrar la casa y encontrar alguna pista de
quien, es o de donde está el señor X. Laura encuentra una habitación secreta,
donde hay una maleta desecha, ropa de hombre en el armario y un puro recién
apagado en la mesita de noche. Al caer la noche se reúnen en el comedor,
Guillermo es el último en llegar, les dice que ya sabe quién es el asesino y
porque están aquí. Empieza a dar las explicaciones pertinentes como si fuese
Laura, Nicolás que está impaciente, le apremia para que diga el nombre del
asesino. Cuando está a punto de decirlo se va la luz. Martín va hacía el cuadro
de luces y lo pone en marcha. Al volver la luz encuentran a Guillermo tirado en
el suelo, muerto de un disparo en la cabeza. Laura se acerca a la ventana y ve
el orificio de la bala. Ella y Martín trasladan el cuerpo de Guillermo junto al
de Francisco. Laura le registra los bolsillos a Guillermo por si hay alguna
pista, solo encuentra la cartera, se la queda. También registra los bolsillos
de Francisco. Al hacerlo se fija en el anillo. Le comenta a Martín, que cuando
lo encontraron muerto, el sello estaba hacia arriba y ahora esta hacia abajo.
Martín le responde que alguien se lo ha debido de mover. Laura le dice que el
mismo, después de fingir su propia muerte. No sabe porque, pero el señor X lo
mato después de hacer creer a todos que estaba muerto.
Jacobo esta en comisaria con Maribel. En
estas llega Cuevas y le explica que la página web ha sido creada por diversos
servidores y es imposible de rastrear. También le comenta que en la agenda del
detective han encontrado una nota que pone: llamar a A.L. junto a un número de
teléfono. Jacobo le pide que llame. Al hacerlo suena el teléfono de Maribel.
Jacobo mira la nota y se da cuenta de que A.L significa Arturo Lebrel. Samuel
quería hablar con el padre de Laura.
Una Vez en el comedor Laura registra la
cartera y encuentra una foto en la que sale Guillermo con Arturo. En ese
momento se escuchan unos pasos de alguien que se acerca. Laura comprueba que
están todos, así que solo puede ser una persona, el señor X. Se abre la puerta
y aparece una mujer, con cara de no entender lo que está pasando. Laura le
pregunta que está haciendo aquí. Todos se quedan sorprendidos al ver que se
conocen. Laura les dice que es Verónica,
su hermana.
2x13 EL MISTERIO DE LOS DIEZ DESCONOCIDOS (II PARTE)
Caso
Todos están convencidos de que Verónica es
el señor X y que Laura es su compinche. Martín sale en defensa de ambas. Verónica
les explica que es galerista, y hace unos días recibió un email de un
millonario que se quería deshacer de unas obras de arte, y la cito aquí. Esta
mañana cuando ha llegado no había nadie, le tenían preparada una copa de vino,
al tomársela se ha quedado dormida, hasta ahora. Martín le dice que hace poco
han registrado la casa y no la han visto. Verónica le responde que al despertar
estaba dentro de una trampilla. Mirándolos a todos, les pregunta si están de
fin de semana rural. Mientras Laura pone al corriente a su hermana de lo que
sucede, Martín se acerca a la ventana donde se ha producido el disparo, mira
hacia el suelo, y le extraña que no haya restos de cristales rotos. Así que
sale fuera. Laura acompañada de su hermana va la biblioteca, donde estuvo
Guillermo antes de morir. Le pide, que se fije en cualquier cosa que este fuera
de lugar. Verónica, empieza por mirar la sección de historia, encuentra unas
novelas de misterio y se las enseña a su hermana. Al mirarlas Laura ve que el
nombre del autor, es el mismo que el de la lápida, que han visto esta tarde
ella y Martín. Waldo Lydecker. Y las portadas de los libros recrean los
crímenes que se están cometiendo. Verónica le comenta que falta el número
cinco. En ese momento llega Martín y les dice que el número cinco lo tenía
Guillermo, se le debió caer cuando le dispararon y lo ha encontrado en el
comedor. Laura al mirar el libro, encuentra una dedicatoria “A M. Que ve el
mundo con sus propios colores.” Martín les explica que le ha extrañado no encontrar
cristales rotos en el lugar del disparo, ha salido fuera, y ahí sí que había.
Eso quiere decir, que el disparo se produjo de dentro hacía fuera, y que por lo
tanto, el asesino es uno de ellos. Verónica quiere reunirlos a todos para
hacerles confesar, pero Laura le dice que es mejor que no lo sepan, así juegan
con ventaja respecto al asesino. Vera los escucha hablar e informa al resto.
Al saber que uno de ellos es el asesino se
empiezan acusar los unos a los otros. Verónica padece alergia y constantemente
utiliza el inhalador. Laura los tranquiliza, y les dice que para evitar que el
asesino vuelva a matar deben de permanecer juntos. Así que esta noche, dormirán
todos en el comedor.
Jacobo le pregunta a Maribel, si guarda la
documentación de los casos que llevaba Arturo, puede que ahí este la conexión
entre su marido y el detective. Ella le dice que todo está en un guardamuebles,
le da la dirección y se van para allá.
Al día siguiente Están durmiendo en el
comedor, cuando de repente se escucha el ruido de una explosión. Todos se
despiertan sobresaltados. Vuelven a escuchar el ruido. Se dan cuenta que
proviene del despacho y van corriendo hacia allí. Laura se fija que en el techo
hay como una especie de altillo, se sube en una silla, y de ahí saca un pequeño
equipo de música, con la grabación de una explosión. Laura les dice que esto
ayer no estaba, así que lo han debido de colocar durante la noche. Felipe le
pregunta para qué lo iban a poner ahí, Verónica le responde que para desviar la
atención. En ese momento el reloj emite siete campanadas. Laura les pregunta
donde esta Elisa, al no verla van corriendo a su habitación y la encuentran
muerta. Verónica le dice a Laura que el crimen coincide con otra portada del
escritor.
Lidia y Cuevas llegan cargados de cajas
con la documentación de los casos de Arturo. A Cuevas se le caen unos papeles,
Lidia le ayuda a recogerlos y encuentra la carpeta que se le cayó a Cuevas. En
ella hay información y fotos de Verónica. Lidia les hace saber a Jacobo y
Maribel, que Verónica también está en la casa, y de que en el guardamuebles la
cerradura estaba forzada. Arturo lo tenía todo clasificado en carpetas,
ordenadas por años, al revisarlo se dan cuenta que falta la carpeta del año
1975.
Una vez en el comedor, mientras todos se
acusan de haber matado a Elisa o de no haber estado alerta, Laura se fija que
aunque en la casa no haya teléfonos, si esta echa la instalación.
Disimuladamente le hace una seña a Nicolás para que se acerque, y lo pone al
corriente de lo que ha descubierto. El chico le dice que por mucha instalación
que haya, si no hay teléfono no sirve de nada. Laura le comenta que en realidad
sí que hay uno, y le pregunta si siendo informático lo podría hacer funcionar.
Este le dice que sí, porque todos los teléfonos tienen más o menos los mismos
mecanismos. Laura señalando la vitrina del comedor, le dice que este es un poco
antiguo. Cuando Nicolás lo ve se echa a reír, le dice que esto solo sirve como
elemento decorativo. Laura le pide que lo haga funcionar. Para que nadie
sospeche que están intentando arreglar el teléfono, Laura se lleva a Nicolás a
la habitación de Elisa, porque habiendo un cadáver, nadie entrara.
Jacobo y Maribel están en el despacho
hablando. Cuando llega Lidia y les dice que revisando las cajas de Arturo, ha
encontrado unas novelas de misterio, escritas por Waldo Lydecker. Es un
seudónimo, todavía no ha averiguado su verdadero nombre. Lo que le ha llamado
la atención es que este autor, dejo de publicar novelas en el año 75. Jacobo le
comenta que siempre sale a relucir ese año. Tiene que haber sucedido algo que
esté relacionado con lo que está pasando ahora. Le pregunta a Maribel si
recuerda algo. La mujer les explica que ese año fue muy duro tanto para ella
como su marido. Estuvieron a punto de separarse por culpa del trabajo. Arturo
investigaba junto a su compañero Guillermo Blasco, el asesinato de Javier
Arias. Jacobo cae en la cuenta, de que Guillermo Blasco era una de las personas
que ordenaron localizar al detective.
Mientras Nicolás intenta arreglar el
teléfono, Laura mira el cadáver de Elisa y lo compara con la portada del libro,
hay algo que no le cuadra en la escena. En estas llega Martín y le pregunta
donde esta Vera. Laura le responde que se pensaba que estaba con él. Martín
decide ir en su busca. Laura cae en la cuenta que es lo que no le cuadra. En la
mesita, hay una pequeña radio, y en la
portada no sale. Laura la coge y ve que está en el dial 19.75, y entiende que
se refiere al año 75. En ese momento el reloj emite seis campanadas y a
continuación se escuchan dos disparos. Laura sale corriendo de la habitación,
temiéndose lo peor. En uno de los pasillos encuentra a Martín inconsciente con una
profunda herida en el brazo. Unos metros más allá esta Vera a la que también
han disparado en el hombro. A los pocos minutos llega el resto. Felipe le toma
el pulso a Martín y le dice a Laura que está vivo. Laura le pregunta a Vera si
vio quien disparo. Ella le contesta que solo vio el cañón de la pistola,
primero disparo a Martín, ella huyo, pero la alcanzo. Trasladan a Martín a la
habitación, Felipe le hace las curas pertinentes. Le dice a Laura que ha
perdido mucha sangre, pero se pondrá bien. El reloj vuelve a dar seis
campanadas, Laura va a la habitación de Elisa y los demás la siguen, al llegar
ve que Nicolás no está. Margarita ve que la puerta del despacho está abierta.
Entran y lo encuentran muerto. Sentado en la silla del despacho, con la cabeza
apoyada en el escritorio. A Laura le extraña que viniese aquí, cuando estaba en
la habitación de Elisa. Laura y Verónica van a comprobar si a Nicolás le dio
tiempo arreglar el teléfono. Verónica lo conecta y hay línea. Laura llama a Jacobo. Este le pregunta dónde está.
Ella le dice que en la Sierra de Madrid, aunque no sabe exactamente donde. Jacobo
le pide a Cuevas que localice la
llamada. Jacobo escucha un ruido, y le pregunta a Laura que pasa. Ella le dice
que es Verónica, que lo está pasando muy mal con la alergia. Le explica que
Martín esta herido, y alguien está matando, por algo que pasó en el año 75.
Jacobo le dice que aquel año su padre investigaba el caso de Javier Arias, han
buscado el expediente, pero no lo encuentran. En ese momento alguien corta el
cable del teléfono.
Laura le dice a Verónica que no pierden
nada por buscar el expediente aquí. Van a la biblioteca. Laura encuentra la
carpeta de su padre, en ella aparte del expediente, está el dibujo que hizo de
pequeña. Verónica al ver el monstruo le pregunta quién es. Laura le responde
que un monstruo que se imaginaba cuando era pequeña. A Verónica le extraña que
prefiera dibujarlo a él antes que a ella. Ante el silencio de su hermana
entiende que es ella. Laura se da cuenta que las están observando, y le dice
que es mejor que vayan a otro sitio. Una vez en el Jardín, lee el expediente.
Javier Arias era un editor al que asesinaron en su despacho. Verónica al ver la
foto de la escena del crimen, se da cuenta que recrea el asesinato de Nicolás.
Detuvieron a un sospechoso, pero su padre estaba convencido de que era
inocente. Rebuscando en la carpeta, Laura encuentra las fotos, de los que para
él, eran los sospechosos. Son las cuatro personas que siguen con vida en la
casa. Laura entiende que el señor X quiere que descubra al verdadero asesino.
Laura se reúne en el comedor con los sospechosos.
Les informa que están aquí por el asesinato de Javier Arias. Alfredo le dice
que en su día ya pillaron al asesino, fue Diego Fernández, su asistente. Fue la
única persona que estuvo con él, en toda la tarde. Al poco de ser detenido se
suicido. Laura les explica que el caso lo llevaba su padre, Arturo Lebrel y su
compañero Guillermo. Les enseña la foto que encontró en la cartera. Su padre
estaba convencido de que Diego era inocente, para él, los sospechosos eran
ellos cuatro. Margarita: Javier tenía un contrato blindado y ella lo quería
romper. La mujer le dice que ese día se encontraba en Barcelona. Es más En el momento
del crimen estaba hablando con Javier por teléfono y escucho como sucedió todo.
Felipe: su médico, Javier descubrió que le recetaba medicamentos adictivos, para
que contratase sus servicios con más frecuencia. Él le dice que el día del
crimen estaba en la universidad dando clases. Alfredo: empezó su carrera
periodística en el diario que editaba Javier, pero descubrió que sus reportajes
eran un fraude. Él le dice que el día del asesinato estuvo celebrando su
cumpleaños con unos amigos. Y por último Vera, su hija y única heredera. Su
madre fue considerada sospechosa, quería que reconociera la paternidad, pero
Javier se negaba. La chica le dice que su madre nunca le revelo la identidad de
su padre. Laura les dice que se alegra de que tengan unas cuartadas tan
solidas, porque si descubre quien es el asesino, el señor X le matara.
Laura le explica a Martín lo que ha
descubierto. Este le dice que tiene que averiguar quién es el asesino, porque
es la única forma de salir de aquí. En ese momento a Verónica le da un mareo,
le dice a su hermana que se encuentra muy mal. Acto seguido el reloj emite
cinco campanadas. Los otros, llegan corriendo, creyendo que ha muerto alguien más.
Al comprobar que todos siguen vivos, no comprenden porque ha dado las
campanadas. Verónica les dice que esa campanada de menos es por ella, el señor
X le ha cambiado el inhalador por uno envenenado. Verónica se pone histérica,
Laura trata de calmarla, va al baño a por un vaso de agua. Al lado del grifo
del agua caliente encuentra una nota en la que dice “ábreme” al abrirlo se
forma vaho, y en el espejo aparece un mensaje: Descubrir asesino = antídoto.
Jacobo le pregunta a Cuevas si ha
localizado la llamada. Este le explica que Laura ha llamado desde un número
configurado como oculto. Lo único que ha podido averiguar es que esta en una
zona concreta de la Sierra de Madrid, pero no sabe exactamente donde. Maribel
le comenta que la tienen que encontrar rápido no vaya a ser, que la alergia de
Verónica vaya a más. Jacobo le pregunta a que es alérgica, Maribel le responde
que a los olivos. Cuevas busca en el mapa, una casa aislada que tenga olivos
alrededor, y encuentra una. Le da la dirección a Jacobo, y se va para allá.
Laura va al despacho y comprara la escena del
crimen de Nicolás, con la de Javier Arias. En la foto ve que detrás de la silla
hay un charquito de agua y al lado un trofeo. En la de Nicolás el trofeo esta,
pero no, el charco de agua. Se fija que en la mesa hay una jarra
de agua, la coge y pone un poquito donde corresponde. En ese instante recuerda
que su padre se quedo mirando el charco de agua y luego el cubito de hielo que
tenía en la mano. Con esto resuelve el caso.
Resolución
Laura reúne a los sospechosos en el
comedor. Alfredo insiste en que el asesino fue Diego. Laura les explica que
para matar a Javier, no hacía falta que el asesino estuviera presente. Porque
horas antes había colocado, justo en la estantería que hay detrás del
escritorio, un bloque de hielo. Calculo el tiempo que tardaría en deshacerse, y
por eso aquella tarde Margarita lo llamo, para asegurarse de que estuviese en
el sitio adecuado y así también se proporcionaba una cuartada. Cuando el hielo se deshizo, cayó
el trofeo que había delante y le golpeo en la cabeza. Margarita lo niega todo.
Alfredo de su chaqueta saca la pistola de Laura, les dice que está harto, y si
el asesino no confiesa ahora mismo, se lía a tiros con todos ellos. Margarita reconoce
que mato a Javier tal y como ha contado Laura, pero le asegura que no tiene
nada que ver con lo que está pasando ahora. Alfredo apunta a Vera, y está
llorando le dice que tampoco es el señor X.
Entonces a apunta a Felipe, este le dice que tampoco lo es, finalmente
apunta a Laura. En ese momento se escucha un disparo, Laura se piensa que le ha
dado a ella, pero en realidad ha dado en la mano de Alfredo, Jacobo es quien ha
disparado. Una vez recuperada del susto
Laura va a la habitación donde se encuentran Verónica y Martín. Les dice que ha
resulto el caso, pero no sabe como el señor X le va a proporcionar el antídoto.
En ese momento mete la mano en el bolsillo de la chaqueta, y extrae un
frasquito que contiene un líquido. Jacobo le dice que lo analizaran para
comprobar que es seguro.
Jacobo hace saber a Laura de que el
antídoto es seguro y ya se lo han subministrado a Verónica. A los demás les
informa de que han restablecido la conexión telefónica y desconectado el
generador que producía la electricidad, ya se puede salir de la casa. Vera se
interesa por saber si Margarita ira a la cárcel por el asesinato de Javier.
Jacobo le dice que el señor X ha organizado todo esto para nada, pues el crimen
ha prescrito. Margarita le pregunta si saben quién es el señor X. Jacobo le
responde que eso lo averiguaran enseguida. En el jardín han encontrado
enterrado el cadáver de Samuel Marzo, el detective que contrato el señor X,
para seguirle la pista a todos ellos. Junto a el había un móvil, con un único
teléfono asociado a una X. Laura pulsa la tecla, y suena el móvil de Margarita.
Al registrarle la maleta, encuentran toda la documentación del caso. Margarita
les dice que es absurdo que organizase este circo para descubrirse como
asesina. Laura le contesta, que no hay nada más gratificante para un asesino
que ser descubierto. Vera se despide de Laura, le agradece que los haya sacado
de aquí. Al irse coge la gabardina de Laura, ella la alerta de su error.
Al llegar a casa los niños y Maribel van
corriendo abrazar a Laura y Verónica. Después de cenar, Laura va a su
habitación y se mira su gabardina con cierta nostalgia. Luego coge el
expediente de su padre, y al repasarlo, ve algo en las hojas que le llama la
atención. En estas llega Verónica con el dibujo que hizo de pequeña. Le dice
que no tiene motivo para competir con ella, porque en el fondo es ella, la que
siempre la ha envidiado. Laura ante esta revelación se queda muy sorprendida y
le pregunta por qué. Verónica le responde que parece mentira que se lo tenga
que explicar. Hoy ha quedado más que demostrado que tanto Jacobo como Martín,
darían la vida por ella. En cambio Verónica ha estado dos días desaparecida y
no ha recibido ni una sola llamada, nadie la ha echado de menos. Laura le dice
que ella si la ha echado de menos durante estos años, y se dan un abrazo.
Al día siguiente Laura y Martín van a
comisaria, y todos los reciben con gran entusiasmo. Jacobo le pregunta a Cuevas
que ha decido, este le dice que se queda. Se lleva a Cuevas a un aparte y le
comenta, que no quiere que deje escapar una gran oportunidad, por una historia
que no va a ninguna parte. En ese momento aparece Lidia y lo besa delante de
todos. Después de esto definitivamente se queda. A los pocos minutos, llega
Vera, Martín la ha citado en comisaría, esta acudido pensándose que se trata de
una cita. Martín le pide que la espere en la sala de reuniones.
Martín llega acompañado de Laura y Jacobo.
Este le dice que tiene una cita pendiente, pero no con Martín si no, con la
justicia. Es ella quien ha organizado todo lo de la casa rural. La chica
sorprendida les dice que quedo claro que el señor X era Margarita. Laura le
contesta que eso es lo que quiso hacer creer dejando el móvil con el teléfono
de Margarita y la documentación del caso en la maleta. Jacobo le deja encima de
la mesa el expediente. Laura le pregunta si no hay nada que le llame la
atención en el. Vera se lo mira y le responde que no. Laura le explica que las
hojas aparte de envejecidas por el paso del tiempo, están arrugadas, porque en
su día se mojaron. Ella misma las mojo cuando era pequeña. Todas las hojas
están arrugadas, excepto las de su ficha. Fue ella quien entro en el
guardamuebles de su padre para robar el expediente y escribir su ficha con un
pasado inventado, envejeció el papel, para que no llamara la atención, pero se
le olvido mojarlo. Vera le pregunta por qué haría algo así, Jacobo le responde
que para ser una sospechosa más, y justificar su presencia en la casa.
En el
registro han comprobado que Javier Arias nunca tuvo hijos. En realidad Vera se
llama María Fernández y es hija de Diego Fernández, el asistente injustamente
acusado del crimen. A Laura hubo algo en ella que le llamo la atención, que es
daltónica, se dio cuenta cuando le cogió la gabardina por error. Guillermo
también se percato de ello, el día que jugaban la partida de ajedrez, que
siempre le cogía sus fichas. Empezó a indagar y descubrió las novelas de
misterio con la dedicatoria, “A M. Que ve el mundo con sus propios colores” su
padre aparte de ser socio del editor, escribía novelas con un seudónimo Waldo
Lydecker. Por eso dejaron de publicarse en el año 75.
Al suicidarse su padre,
tuvo que ser ingresada en un psiquiátrico, del que salió apenas hace dos años.
Se cambio el nombre y empezó a planificar su venganza. Contrato a Samuel para
que localizara a las personas que tenían relación con el caso: Francisco: el
hijo del fiscal que lo condeno, Elisa: la amante, que le pudo proporcionar una
cuartada, pero que no lo hizo, porque por aquel entonces estaba casada, Nicolás: el hijo del abogado que no supo defenderlo. Y así con todos. Cuando Samuel
descubrió lo que se proponía hacer lo mato, y se dedico a jugar con el cadáver
escondiéndolo por la casa.
Entonces empezaron las muertes: a Francisco le
propuso que para hacer la estancia más divertida, les gastaran una broma,
haciéndoles creer que lo habían asesinado, fingió su muerte, pero después lo
mato de verdad. A Guillermo lo mato de un tiro en la cabeza cuando iba a
descubrirla, y luego disparo a la ventana para hacer creer que el disparo se
produjo desde fuera. Con Elisa coloco una grabación para desviar la atención y
poderla matar, sin que sospecharan. A Nicolás lo sedujo y lo condujo hasta el
despacho. Disparo a Martín y luego se hirió a sí misma para desviar sospechas.
Corto el cable del teléfono cuando Jacobo le hubo hablado del caso. Y al ver
que Laura no lo quería resolver, para no provocar una muerte más, le cambio el
inhalador a su hermana, para forzarla hacerlo. Vera les dice que se lo
merecían, porque nadie quiso ayudar a su padre. Laura le contesta que se
equivoca. En cuanto su padre supo que el suyo era inocente lo quiso sacar de la
cárcel, pero ya se había suicidado, y poco tiempo después, Arturo murió de un
infarto. Lo único que no acaba de entender, es que en la carta que le escribió
le puso una frase que le decía su padre de pequeña. Y es imposible que ella lo
supiera. Vera le responde que ellas dos, se conocieron hace mucho tiempo.
El día que Diego Fernández, se suicido Laura tuvo que acompañar a su padre a comisaria. Este le dijo que esperase fuera. Al entrar en el despacho Laura se fija en como su padre abraza una mujer que llora desconsoladamente. Mientras espera, se sienta al lado de otra niña, y le pregunta por lo sucedido. Esta le explica que a su padre lo han acusado de un asesinato que no ha cometido. Laura le dice que su padre les ayudara, porque para lebreles como ellos, lo importante no es la vista, si no, el olfato. Vera le contesta que a su padre ya no le puede ayudar nadie, pero que ella de mayor arreglara las cosas.